Page 165 - Marketing Farmaceútico | Gregorio Zidar
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3.5. Aspirina, la marca genérica por excelencia | Descubrimiento
La historia cuenta que en 1897, Hoffmann, químico de Bayer, en la búsqueda de un alivio eficaz contra los dolores que su padre sufría por un reumatismo crónico (era tratado con ácido salicílico, de importantes efectos secundarios), logró sin- tetizar al ácido acetilsalicílico con gran pureza. Sus propiedades terapéuticas como analgésico y antiinflamatorio fueron descritas en 1899 por el farmacólogo alemán Heinrich Dreser, lo que permitió su comercialización.
Aspirina fue el nombre comercial acuñado por Bayer, convirtiéndose en el primer fármaco del grupo de los antiinflamatorios no esteroideos. Tras la Primera Guerra Mundial, la marca fue expropiada por los países ganadores, Inglaterra, Estados Unidos y Francia; de tal manera que en estos países Aspirin pasó a ser el nombre genérico de la sustancia.
Posteriormente, en 1971, el farmacólogo británico John Vane pudo demostrar que el ácido acetilsalicílico suprime la producción de prostaglandinas y trom- boxanos, lo que abrió la posibilidad de su uso en bajas dosis como antiagregante plaquetario.
A finales de la década del 80, la Aspirina se utilizaba ampliamente como un medicamento preventivo de ataques al corazón y había recuperado su antigua posición de ser el analgésico más vendido en los Estados Unidos (cuando se descubren nuevas indicaciones del fármaco, distintas a las originales, el ciclo de vida del producto se alarga, algo habitual en la industria de la salud).
| La vigencia de una marca genérica
¿Quién no conoce la Aspirina? ¿Por qué será que es una de las pocas marcas que el corrector ortográfico de Word no la marca como errónea mientras uno la tipea? Tal es su popularidad que constituye un típico caso de nombre genérico. Esta cualidad le ha permitido una vigencia de más de un siglo, un caso único en el sector farmacéutico.
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