Page 301 - Marketing Farmaceútico | Gregorio Zidar
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Este síndrome es dañino para la salud financiera de cualquier negocio. Veamos un ejemplo para entender los números: si un producto es vendido a un PVP de $1000 con una cobertura del 40%, en teoría el agente del seguro de la salud debiera reintegrarle al punto de venta $ 400. Pues bien, la farmacia resigna en promedio un 10% del PVP ($100). A su vez, otra parte de los $400 es aportada por los laboratorios a través de notas de créditos (en promedio 20% del PVP, o sea $200). Es aquí donde el negocio comienza a tener problemas de financiami- ento. Ese medicamento que la farmacia vendió a $1000, le costó $800 cuando se lo compró a la droguería, la cual le da sólo 10 días de plazo. Pero como se dijo con anterioridad, la farmacia recibe en efectivo sólo $600 (copago del con- sumidor), $200 en notas de crédito (a plazo) y $100 de la obra social (también a plazo), resignando el resto.
Este descalabro financiero se agrava cuando el paciente realiza su copago con tarjeta de crédito, recibiendo el minorista ese importe a plazo (y con una quita), dilatando aún más el ciclo de cobro. En este caso, el negocio queda literalmente “seco” de caja. Esta falta de liquidez es insostenible en el tiempo.
No todos los medicamentos tienen la cobertura del 40%. Ese monto puede as- cender, según la droga que se trate, a 50, 70 e incluso al 100%. En este último caso, el farmacéutico que vendió un producto a $1000 de PVP, recibe cero pesos cuando se concreta la venta. Independientemente de lo que resigne la farmacia y el aporte del laboratorio vía nota de crédito, el resto lo pagará la obra social a plazo. En estos casos, la crisis financiera se pronuncia porque el comerciante se queda sin el copago que realiza el paciente.
Como corolario, la elevada bonificación en obras sociales y prepagas, sumada a la demora en los pagos de la seguridad social, generó un descalabro económico y financiero insoportable de sostener. Y todo esto sin olvidar la asfixiante presión impositiva tanto a nivel nacional, provincial y municipal (una realidad que sufre cualquier industria).
| Presente y futuro: protagonismo y esperanza
Es indudable que la industria de la salud local posee una dinámica que exige permanentemente nuevas estrategias. El entorno es inestable y los agentes del universo farmacéutico deben aprender a jugar nuevos roles.
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