Page 486 - Marketing Farmaceútico | Gregorio Zidar

Los hombres suelen hacer un drama cuando les hablan de ir al urólogo. Ni que hablar cuando le mencionan la palabra colonoscopía. Las mujeres, en cambio, están más acostumbradas ya que visitan al ginecólogo desde su adolescencia.
No obstante, todas las personas evitan la visita al galeno lo máximo posible hasta que la obligación les gane. En ginecología, dicha obligación puede origi- narse en una alarma en el cuerpo o bien en la constante publicidad en medios de comunicación masivos (“hágase una mamografía cada año” o “un Pap a tiempo eliminará el riesgo de todo tipo de enfermedades uterinas”.)
El “médico de cabecera”de la mujer
El encuentro en el consultorio es muy especial porque casi siempre implica un desnudo y un tacto físico muy íntimo. Por eso es esencial construir una relación de confianza entre el profesional y la paciente. Esta confianza se irá incremen- tando con el tiempo, y las consultas ya no serán estrictamente de índole femenina sino que también abracarán malestares tales como migrañas, ansie- dad o dolores musculares.
El médico conoce cada vez más a su paciente, tanto física como emocional- mente. Por eso suele decirse que el ginecólogo muchas veces se convierte en el “médico de cabecera” de la mujer (algo similar a lo que sucede en cardiología).
La anticoncepción
Pequeña pero poderosa, cambió la vida de mujeres (y hombres). La píldora anticonceptiva, conocida simplemente como “la píldora”, fue considerada un descubrimiento científico revolucionario que cambiaría el mundo. De hecho, fue portadora del placer sexual sin culpa, hermana de la liberación sexual e impul- sora del movimiento femenino. Por ejemplo, en Alemania provocó un descenso de la natalidad en un 46 por ciento entre 1964 y 1978.
Esta pastilla de tamaño ínfimo produjo cambios profundos en la vida de la mujer, tan poderosa como para devolverle el control sobre su futuro y sus decisiones.
En la segunda mitad del siglo XX se generalizó el uso y acceso a los diferentes mé- todos contraceptivos modernos. La primera píldora anticonceptiva oral combinada (mestranol y noretinodrel), denominada comercialmente Enovid, se constituyó en el catalizador que marcó un cambio en el rol de la mujer dentro de la sociedad.
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