Page 59 - Marketing Farmaceútico | Gregorio Zidar

La población mayor suele apreciar la practicidad de ciertas formas galénicas. Las presentaciones en jarabe o granuladas ayudan a pacientes con problemas de deglución, así como los parches son menos invasivos y facilitan el cumpli- miento efectivo del tratamiento.
| ¿Y el valor?
El valor del medicamento se traduce en que los beneficios que el tratamiento ofrece sean a un costo razonable. Esta es la categoría más subjetiva de todas, ya que cada consumidor valora distintos aspectos del producto y eso es difícil de cuantificar. No obstante, los beneficios que el paciente perciba internamente, menos el precio que esté dispuesto a pagar, serán reflejados en el valor que él pueda asignarle al remedio. Esto significa que el valor del producto mini- miza el impacto del precio.
Moléculas como el sildenafil o el ibuprofeno suelen tener alta valoración en los pacientes, ya que poseen precios accesibles y satisfacciones casi inmediatas y “palpables”: la persona puede disfrutar del sexo o eliminar el dolor de una infla- mación. Por el contrario, el efecto de drogas como la atorvastatina (hipolipemiante) pasa desapercibido por el paciente (la baja del colesterol solo se ve reflejada en un número que arroja un análisis de sangre), y eso dificulta su valoración.
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