Page 76 - Marketing Farmaceútico | Gregorio Zidar
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trimestral. Aquí también juegan las variables económicas y financieras: en va- lores reales (costo por comprimido) la versión grande suele ser más económica que la chica, aunque a veces financieramente el “bolsillo” no alcanza para un mayor desembolso.
Las complicaciones aparecen en los tratamientos que no son crónicos, como por ejemplo los analgésicos o el sildenafil. En el primer caso, ya sea un ibu- profeno o un diclofenac, hay presentaciones comerciales por 10, 12, 15, 20, 24, 30 y hasta 50 y 60 comprimidos. Es lógico, las personas que consumen un ibuprofeno lo utilizan por distintas razones: una migraña, un estado gripal, una inflamación articular o un dolor menstrual. Lo propio ocurre con la variedad de presentaciones del sildenafil (2, 6, 10, 20 y 30), aunque por razones distintas a los analgésicos. En este caso la indicación es una sola (disfunción eréctil), pero hay personas que lo utilizan ocasionalmente y otros en forma más asidua.
Un abanico muy amplio de presentaciones comerciales acarrea costos tangi- bles e intangibles, similares a los asociados a las variadas concentraciones del principio activo.
| El curioso caso de la azitromicina
Nuestro país se caracteriza por una dramática automedicación por parte del público en general, cuestión que es más grave si se trata de ansiolíticos o anti- depresivos. También es preocupante esta conducta con los antibióticos, porque su uso indiscriminado le va quitando efectividad a los mismos (de hecho, se acaba de establecer el empleo de la receta archivada).
La azitromicina nació con una indicación de 3 comprimidos para un tratamiento completo (Tritab de Sidus y Triamid de Beta lo comercializaban originalmente así e incluso lo reflejaban en sus marcas). Con el tiempo, la recomendación, producto de la típica resistencia de los virus, pasó a ser de 5 y hasta 6 com- primidos para abarcar un mayor espectro. En este caso, fue la propia evolución de la patología la que determinó la incorporación de nuevas presentaciones comer-ciales.
¿Acaso estas marcas quedaron desfasadas respecto de esta nueva reali- dad? De ninguna manera. Cuando la recomendación pasó a ser la extensión del tratamiento, Triamid y Tritab ya eran nombre impuestos. Una comparación,
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