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Curiosidades
Ecatepec: cómo es vivir en el peor lugar para ser mujer de todo México
A Dulce Cristina Payán
Urvano se la llevaron de la
puerta de su casa el domingo
15 de enero de 2012.
Su hermana Abigail vendía
discos detrás de la entrada del
hogar y escuchó cómo Dulce
se reía con su novio.
A las 8.30 de la noche una
furgoneta se detuvo y ambos
desaparecieron. Al novio lo
soltaron al rato, pero ella apa- Es un lugar donde se com-
reció muerta horas después.
Tenía 17 años.
En la sala de la casa de los
Payán, la recuerdan con un
altar en un rincón, decenas
de osos de peluche e imá-
genes suyas. “Descanse en
paz”, dicen algunas, y están
decoradas con dos lazos ne-
gros.Su padre, Pedro, no di
simula la indignación que le
produce lo que le sucedió a
su hija y lo que sigue ocur-
riendo en la zona donde vive.
Lograron atrapara al respon-
sable y este confesó: “Sí, fui
yo, ¿y qué?”, les dijo el asesi-
no. Hoy está preso y todavía
no ha sido sentenciado. En
la familia Payán el dolor y el
miedo no se van, y hablan del
hueco que dejo Dulce.
La colonia Hank González
es de las más vulnerables del
municipio donde más femi-
nicidios (asesinatos de mu-
jeres por razones de género)
han ocurrido en México en
el último tiempo.
Los güevedoces: los niños de República Dominicana a los que el pene les
Johnny vive en un peque-
ño pueblo de la provincia
de Barahona, en el sur de
República Dominicana,
donde él y otros como él son
conocidos como güevedo-
ces. Lo que se puede traducir
como “con penes a los 12
años”. Como los otros güe-
vedoces, Johny fue educado
como una niña porque no
tenía testículos ni pene visi-
bles. Solo cuando se acercaba
a la pubertad le creció el pene
y descendieron sus testícu-
y Absurdos
En todo el país no hay peor
lugar para ser mujer que
Ecatepec.
Si México es un país que se
ha ido acostumbrando a con-
vivir con la idea de que la
vida no vale, lo que ocurre
con las mujeres en esta zona
del estado de México, apenas
al norte del Distrito Federal,
raya lo absurdo.
bina el horror de la muerte
fácil, el desprecio hacia la
mujer, la inseguridad gene
ralizada y la impunidad.
Tere es Teresa Martínez
Velasco, una chica de Ecate-
pec que en julio terminó la
preparatoria y piensa estu-
diar psicología social y crimi- 2.000 pesos (US$120): la
nología.
“Pinches putas, pónganse a
trabajar”, eso tuvo que es-
cuchar de la boca de unos
hombres tiempo atrás cuando
junto a un grupo de mujeres
realizaban una re presen-
empieza a crecer a los 12 años
los. Johny, conocido antes
como Felicita, recuerda ir a la sus amigos niños, quería
escuela con un pequeño ves-
tido rojo, aunque dice que
nunca le gustó hacer “cosas
de niñas”.
De Carla a Carlos
También conocimos a Carla,
que a la edad de siete años
está a punto de convertirse
en Carlos.
Su madre empezó a percibir
el cambio desde hace tiempo.
“Cuando cumplió cinco
años, me di cuenta de que
C13
tación en el municipio. Res-
cataron sus vestidos de fiesta
de 15, se maquillaron como
si hubieran sido golpeadas y
salieron a las calles para aler- portaron hallazgos de hasta
tar sobre la violencia contra
la mujer.
Les tiraron agua caliente. Las
insultaron. Las denigraron.
Las historias son conocidas,
pero no siempre hay denun-
cias. La gente, dice, ya tiene
miedo hasta de denunciar,
temor de enfrentar a las au-
toridades. Les piden plata
para mostrar un expediente,
para hacer unas copias, dine-
ro hasta para mantener el
caso abierto, que investiguen
el homicidio puede costar
justicia tiene su precio.
Para Amador, un sociologo
mexicano hay una clara in-
tención de parte de las auto-
ridades de “silenciar o de ob-
staculizar. No se visibilizan
los casos porque también las
siempre que veía a uno de
pelear con ellos. Sus múscu-
los y su pecho empezaron a
crecer. Podías ver que iba a
ser un niño. Yo la quiero sea
quien sea. Niña o niño, me
da igual”.
Pero, ¿por qué sucede esto?
Una de las primeras perso-
nas en estudiar esta inusu-
al condición fue Julianne
Imperato-McGinley, de la
Universidad de Medicina de
Cornell, en Nueva York.
En la década de 1970, llegó a
esta zona remota de Repúbli-
ca Dominicana, atraída por
los reportes extraordinarios
de las niñas que se convertían
en niños.
Cuando llegó, vio que los
rumores eran ciertos. Hizo
multitud de estudios sobre
los güevedoces, incluyendo
biopsias de sus testículos que
Miércoles 23 Septiembre
autoridades dicen: ‘No de-
nuncies porque si tú denun-
cias puedes entorpecer todo
esto’”. El año pasado se re-
40 cuerpos desmembrados.
Lo primero que le dicen a
los padres, explica, es que no cidios en todo el estado, que
se haga ruido con la desapa
rición de una persona porque
la “ponen en riesgo”, y desa-
lientan que hagan búsque-
das por su cuenta, coloquen
carteles en las calles o hasta de 160 feminicidios, de los
hagan campañas en redes so-
ciales.
Batalla por las cifras
Tampoco parece haber in-
terés de las autoridades en
que se conozcan las cifras que Seis de cada diez mexicanas
dimensionan la magnitud del
horror que vive Ecatepec.
María de la Luz Estrada pre-
side el Observatorio Ciu-
dadano Nacional del Fe-
minicidio, una entidad no
gubernamental que agrupa a
49 organizaciones de dere-
chos humanos y de mujeres.
En conversación con BBC
Mundo explica que desde
fines de 2010 le han pedido
a la Procuraduría General de
Justicia del Estado de México
(PGJEM) que revele los da-
tos sobre feminicidios.
debieron ser bastante dolo-
rosas, antes de descubrir fi-
nalmente el misterio.
El “juego” de los cromoso-
mas
Cuando una persona es con-
cebida, tiene normalmente
un par de cromosomas X si
va a ser una niña, o un par de les nacen músculos, testícu-
cromosomas XY si va a ser
un niño.
Condición genética
Cuando Imperato-McGinley
investigó a los güevedoces,
descubrió la razón por la que
no tienen genitales masculi-
nos al nacer: tienen deficien- erencias heterosexuales. To-
cia de una enzima conocida
como 5-alfa reductasa, que
normalmente convierte la
testosterona en dihydrotes-
tosterona.
Esta deficiencia parece ser
una condición genética, bas-
tante común en esta parte de
la República Dominicana,
Son cifras pero alcanzan para
helar la sangre: 1.554 mujeres
desaparecidas en el estado,
400 en Ecatepec, la mayoría
de entre 15 y 17 años.
El Observatorio dice que se
han cometido 1.003 femini-
comprende 125 municipios,
entre 2012 y 2015, y 183 de
ellos ocurrieron en Ecatepec.
Sin embargo, la PGJEM ase-
gura que sólo tiene el registro
cuales el 60% se han resuelto.
“El Estado de México es un
corredor de trata de mujeres
y Ecatepec es un foco rojo”
La epidemia
mayores de 15 años han su-
frido algún incidente de vio-
lencia, de parte de su pareja u
otras personas, de acuerdo a
cifras oficiales.
“Tú como mujer no podrás
sacar una carrera. Termina tu
prepa y júntate. Si yo como
hombre no lo logré, menos
tú que eres mujer: eso me
lo dicen en la propia familia,
imagínate en la calle. Así te
acostumbras y piensas que es
así. Lo más que puede aspirar
una mujer es a embarazarse”.
Tomado de BBC
pero muy rara en otros sitios.
Así que los niños, a pesar de
tener un cromosoma XY, pa-
recen niñas cuando nacen.
En la pubertad, como otros
chicos, reciben otra dosis de
testosterona.
Esta vez el cuerpo responde y
los y pene.
Una observación final in-
teresante que hizo Imper-
ato-McGinley fue que to-
dos estos chicos, a pesar de
ser educados como chicas,
mostraron casi todos pref-
mado de BBC