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Centre d’Estudis d’Isona i Conca Dellà
Sea la cantidad que fuere, si la cifra fuese asequible a los presupuestos
te la Comisarla del Patrimonio Artístico Nacional o a los de los
organismos provinciales Interesados, parecería muy justo que las citadas
reconstrucciones, como tantas otras, se llevasen a cabo. Pero todo el que
conoce las joyas románicas catalanas, en estado más o menos ruinoso,
pensará Instintivamente que las mejoras a realizar deberían contar
con un presupuesto elevadísimo. Esta debe ser la causa de que tantos
antiguos monumentos románicos catalanes, y de las restantes regiones
hispanas, vayan pasando de la categoría de deteriorados a la de ruinas
venerables.
Éste no es él caso, sin embargo, de Santa María de Covet (Isona), iglesia
románica del siglo XI y Monumento Nacional. El templo isonense
necesita “muy poco” para volver a ser lo que era, para conservarse en
buen estado y para que, en fin, pueda ser visitado con las suficientes
garantías por tantos buenos aficionados a conocer, o estudiar, el
románico catalán, en este caso el de la provincia de Lérida.
Semblanza de Santa María de Covet
La Iglesia de Covet es, según opiniones teorizadas, una de las más
Interesantes del románico catalán. Lo más destacable de ella es sin duda
el portal, los pilares de los arcos del coro y el frisó que circunda el altar
mayor.
El portal, que se abre en un cuerpo avanzado debajo del rosetón, es
una verdadera filigrana y realmente singular dentro del conjunto de los
templos románicos catalanes. Destaca en él el tímpano, que ocupa el
fondo del arco de la portada, con su Pantocrátor dé estilo bizantino.
Numerosas alegorías finamente talladas de ángeles, demonios, los
Evangelistas, Adán y Eva, etc., se abren sobre él completándolo.
Los capiteles de las columnas del coro constituyen otro de los elementos
dignos de admiración del conjunto arquitectónico de Santa María
de Covet. En ellos, las expertas manos de los escultores del Medievo
catalán plasmaron bellas escenas de simbolismo desconocido, con
animales fantásticos y monstruosos atormentando a seres humanos,
detalles florales, etc. Los cuatro arcos que forman el coro semejan un
pequeño claustró adosado al rosetón del portal de entrada en su cara
Interior. Su belleza es digna de ser contemplada por cuantas personas
sientan admiración por las realizaciones artísticas. El acceso al coro
tiene alguna dificultad, puesto que debe subirse a él por medio de una
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