Page 27 - ¿Y si quedamos como amigos-_Neat
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—Está bien. Pero mi mamá insiste en llevar algo. Y si le digo que no necesitas nada,
se enojará conmigo.
—No quiero que traiga nada. Los invité a cenar para darles las gracias por todo y
para celebrar que la escuela empieza la semana que viene.
—Eres la única persona del mundo que se alegra de regresar a la escuela. Con lo
bien que la hemos pasado este verano.
El verano había sido increíble, claro que sí, pero de todas formas estaba ansiosa por
sumirme en la rutina del curso escolar.
Aún necesitaba distraerme.
Sabía que mi papá sólo quería ayudar, pero yo lo tenía todo pensado al detalle. Aquel
verano, había asistido a clases de cocina en el YMCA y cada vez se me daba mejor.
Estaba preparando una ensalada mientras la lasaña se cocía en el horno.
—¿Seguro que no necesitas nada? —me preguntó por enésima vez.
—En serio, papá, lo tengo todo controlado. Por favor, haz algo, lo que sea. Vete a
ver la tele con Adam.
Soltó una risita tonta.
—Hablas igual que tu mamá.
Era la primera vez que la mencionaba sin ponerse triste. Se estaba riendo. Se reía de
mí, claro, pero no era el momento de enojarse. Tenía que tostar el pan de ajo.
Por suerte, el timbre de la puerta me rescató. Mi papá se marchó a recibir a Levi y a
sus padres. Oí las voces a lo lejos.
—Huele de maravilla —dijo la señora Rodgers cuando pasó por la cocina para
saludarme—. No quiero molestarte; sólo quería decirte que noté un aroma delicioso al
entrar.
Mi papá apareció a continuación con una botella de vino en la mano, seguramente
obsequio de los padres de Levi. Luego vi a mi amigo y apenas lo reconocí con su nuevo
corte de pelo. Tardé un momento en darme cuenta de que sostenía un ramo de flores. Su
padre entró tras él y lo apremió con un gesto.
—Oh, sí —dijo Levi cayendo en la cuenta—. Ejem, para la chef.
Me tendió las flores algo ruborizado.
—¡Gracias! —las agarré a toda prisa.
El padre de Levi le guiñó el ojo a su esposa antes de abrazarme. Era todo un honor
que el doctor Rodgers hubiera venido. Trabajaba hasta tan tarde que casi nunca llegaba
a tiempo para la cena, ni siquiera en su propia casa.
Los eché a todos de la cocina para poder terminar. Se me escapó una sonrisa cuando
los oí platicar y reír en la sala. Me encantaba que la alegría volviera a reinar en mi
hogar. De vez en cuando oía gemir a Adam y supuse que Levi estaba provocando a los
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