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Miércoles 26 Diciembre 2018

                                          mártir san Esteban. Por Jesucristo,
        públicamente  sus creencias, por   nuestro Señor.
        exponer su fe. San Esteban y mu-               Prefacio
        chos otros mártires a lo largo de la   (Prefacio de Navidad)
        historia han aceptado sufrir hasta la   Santo, Santo, Santo...
        muerte por Jesús. Sufrieron por ser
        testigos del Salvador. La pregunta       RI TO DE COMU NIÓN
        que debemos afrontar hoy es hasta
        dónde estamos dispuestos nosotros        Antífona de comunión
        a sufrir por Cristo. Meditemos antes       Cf. Hech 7, 58-59
        de responder y pidamos al Padre      Apedrearon a Esteban que oraba di-
        Eterno que aumente nuestra fe.    ciendo: Señor Jesús, recibe mi espíritu.
                                            Oración después de la comunión
           LITURGIA EUCARISTICA              Te damos gracias, Señor, por tu in-
                                          mensa misericordia para con nosotros,
                                          porque nos ofreces la salvación me-
             Oración sobre los dones      diante el nacimiento de tu Hijo y nos
         Te pedimos, Señor, que aceptes los   alegras con la celebración del mártir
       dones que te presentamos en la con-  san Esteban. Por Jesucristo, nuestro
       memoración del triunfo glorioso de tu   Señor.

          EL REGALO DE NAVIDAD              –¿Podría detenerse donde están esos dos esca-
                                          lones? –preguntó el muchacho.
          Pablo, pertenecía a una acaudalada familia y   El chico subió a la casa, y Pablo lo oyó regresar,
        acababa de recibir un auto de parte de su hermano   pero él no venía rápido. Estaba cargando a su pe-
        como regalo de Navidad. Era la Nochebuena cuan-  queño hermano lisiado.
        do salió de su ofi cina, y vio a un muchachito que   Lo sentó en el último escalón, luego lo giró para
        caminaba curioso alrededor del fl amante auto.   que pudiera ver el auto.
          –¿Es este su auto señor? –preguntó.  –Ahí está amiguito, como te dije adentro. Su
          Pablo asintió.                  hermano se lo regaló por Navidad y no le costó un
          –Mi hermano me lo regaló por Navidad.  centavo. Y algún día yo te voy a regalar uno igual...
          El joven estaba asombrado.      así podrás ver todas las hermosas cosas en las
          –¿Quiere decir que su hermano se lo regaló y   ventanas navideñas que te he estado tratando de
        que no le costó ni un centavo?, vaya, ya quisiera...  describir.
          Pablo se imaginó lo que deseaba. Tener un her-  Pablo salió del auto, levantó al muchachito y lo
        mano como el suyo. Pero lo que el muchacho le dijo   sentó en el asiento del acompañante. Luego el chi-
        lo sacudió:                       co mayor subió atrás y los tres empezaron un gran
          –Desearía –continuó el chico– poder ser un her-  paseo navideño. Esa Nochebuena, Pablo aprendió
        mano como el suyo.                lo que Jesús quería decir cuando dijo: “Hay mayor
          Pablo miró al muchacho sorprendido, e impulsi-  alegría en dar...”.
        vamente añadió:
          –¿Te gustaría dar una vuelta?
          –Claro que sí, me encantaría.
          Luego de un corto paseo, el jovencito se volvió y
        con los ojos encendidos, dijo:
          –Señor, ¿le importaría manejarlo frente a mi
        casa?
          Pablo sonrió. Creyó saber lo que el chico quería.
   80   Mostrar a sus vecinos que podía llegar a casa en un
        auto. Pero se equivocó nuevamente.
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