Page 154 - El libro de San Cipriano : libro completo de verdadera magia, o sea, tesoro del hechicero
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Proporciónese un murciélago  y pásele por los ojos una agu-
       ja enhebrada en un hilo fuerte. Realizada esta operación, tanto
       la aguja como el hilo, han adquirido fuerzas de hechizo y se em-
       plearán dando cinco puntos en forma de cruz con ella, en un ob-
       jeto que pertenezca a la persona a quien se quiere encantar, pro-
       nunciando las siguientes palabras: "Fulano o fulana (se dirá el
       nombre), yo te hechizo por el poder y fuerza de Luzbel, Belze-
       buth y Astaroth, para que tú no veas ni el sol ni la luna, en tanto
       que no te casares conmigo. Por tanto te conjuro a que lo hagas
       en el improrrogable plazo de ocho días, so pena de apelar a otros
       hechizos más poderosos. Luzbel, Belzebuth, Astaroth, confirmad
       mi deseo y obligad a.  .  .  (aquí se dice el nombre) a que se sub-
       yugue en el cuerpo y alma a los míos."
           Ejecutado todo esto y hechizada la persona, ésta no tendrá
       un punto de sosiego, ínterin no se una a aquella que produjo el
       hechizo.
           Si más adelante no quisieras unirte a la persona a quien he-
       chizaste, debes quemar el objeto con que se hizo el hechizo.


            OTRA FORMULA PARA HACER LO PROPIO


           Matad dos murciélagos, macho y hembra, de manera que
       podáis aprovechar su sangre, la cual mezclaréis, agregándole unas
       cuantas gotas de espíritu de sal amoníaco, metiendo todo esto en
       un frasco de vidrio de dimensiones cómodas, a fin de que siempre
       podáis llevarlo en el bolsillo.
           Cuando deseareis hechizar a una joven lo mismo que cuando
       ésta quiere hechizar a un hombre, es suficiente con darles a oler el
       contenido del frasco.
          HECHIZO QUE PUEDE HACERSE CON MALVAS
              COGIDAS EN UN CEMENTERIO O EN EL
                       ATRIO DE UNA IGLESIA


           Cójanse tres matas de malvas, llevándolas consigo y  ponién-
       dolas debajo del colchón de la cama en que se duerme diciendo
       todos los días al despertar:
           "Fulano".  .  .  (dígase  el nombre de la persona contra quien
       se dirige el hechizo), así como estas malvas fueron cogidas en el
      cementerio y debajo de mí están metidas, así quedarás tu preso por
       el poder de Lucifer y de la magia, y sólo cuando los cuerpos del
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