Page 144 - libro de los detalles plasticos en el arte romanico.Fernando Ezquerra Lapreta
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Además, si sumamos todos los vanos (1+2+3+2+2+2) nos dan un total de 12,
es decir el número de la las doce tribus, de los 12 discípulos y de la Jerusalén Celeste.
Pero, claro está, el seis es el número del hombre, creado en el sexto día de la
creación. Veamos lo que realizaron a cientos de kilómetros de Taüll, concretamente en
el templo de San Martino, en Lucca, la Toscana italiana.
Ahora la disposición es:
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Piso 6, 16 vanos
Piso 5, 16 vanos
Piso 4, 12 vanos
Piso 3, 8 vanos
Piso 2, 4 vanos
Piso 1, 4 vanos
Es decir, se está jugando con el
número terrestre es 4 (4, 8, 12, 16).
Números con claras referencias simbólicas
para el neoplatonismo cristiano. Pero, ¿qué
pasa si sumamos la totalidad de los vanos
de la torre? Que da un total de 60. Es
decir, por ahí, vuelve a aparecernos el número seis (6) como símbolo del hombre.
“El número seis no se excluye de la unidad y de la multiplicación de los otros,
sobre todo cuando solo él es perfecto en los cardinales, esto es, en la primera serie de
los números que van desde uno hasta diez. Pues se realiza en sus partes, a saber, la
sexta, la tercera y la mitad. En verdad, la sexta es uno, la tercera, dos, la mitad, tres,
las cuales simultáneamente unidas hacen la cantidad de seis; ciertamente, uno, dos y
tres se hacen seis.” (Juan Escoto Eriúgena, Periphyseon)
El simbolismo de una torre románica que recuerda la famosa Alegoría de la
línea de la filosofía de Platón como clave para el conocimiento humano.