Page 145 - libro de los detalles plasticos en el arte romanico.Fernando Ezquerra Lapreta
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A modo de conclusión

                         Muchas  veces,  estamos  habituados  a  ver  las  iconografías  románicas  y  sus

                  mensajes  con  una  mirada  predeterminada.  Pero,  eso  mismo,  les  debió  pasar  a  los
                  hombres  y  mujeres  de  esa  magnífica  época  histórica.  Las  imágenes  están  ahí,

                  esperándonos  para  ser  contempladas.  Sin  embargo,  todavía  hoy,  se  nos  escapa  el
                  significado profundo dejado en algunos de los llamados detalles plásticos. No solo en
                  los detalles, también en los símbolos que se crearon con ellos.


                         ¿Por  qué  la  mirada  del  creyente,  todavía  hoy  en  día,  interpreta  como     25
                  normativas y ajustadas al canon ciertas iconografías románicas que no reproducen de

                  forma fidedigna el relato bíblico tomado como fuente de inspiración?

                         ¿Por qué se produce, casi de manera innata, una adecuación subjetiva entre el
                  pensamiento del receptor con el del creador de estas imágenes pétreas de tal manera

                  que  su  mirada  contempla  como  real  lo  que  jamás  sucedió  según  las  fuentes  de  la

                  historia bíblica?

                         En definitiva, ¿por qué el creyente admite como un suceso histórico bíblico lo
                  que en realidad no deja de ser más que una pura recreación artística y también del

                  pensamiento teológico de la época?

                         Pongamos un sencillo ejemplo. La creencia en la Resurrección de Jesús, el Hijo
                  de Dios, es el concepto teológico central de la experiencia de la fe cristiana. Según los

                  relatos evangélicos y los Hechos de los Apóstoles, esta experiencia histórica del Jesús
                  resucitado  solo  fue  vivida  por  once  discípulos  evangélicos;  pues  Judas  Iscariote  no

                  vivió la experiencia de la Resurrección porque renegó de la  fe y acabó suicidándose.
                  Sin embargo, han llegado hasta nosotros piezas románicas, en lugares tan importantes

                  como el claustro del mismo monasterio de Santo Domingo de Silos, que representan
                  doce discípulos, incluyendo a San Pablo antes de su conversión al cristianismo.


                         No obstante, la mirada de la fe perdona hasta el error textual. No se pregunta
                  por él. No dice qué pinta San Pablo en la escena de la Duda de Santo Tomás narrada

                  por el Evangelio de San Juan en medio del claustro de Silos. En este sentido, hemos
                  querido  reflexionar sobre  el  trabajo  realizado  a  través  de  las  diferentes  técnicas  del

                  Arte  Románico.  También  se  ha  estudiado  la  obra  de  algunos  maestros  artesanos,
                  analizando no solo la estética del conjunto de sus imágenes. De hecho, se ha querido
                  ir  un  paso  por  delante  haciendo  hablar  a  las  mismas  imágenes,  buscando  el

                  pensamiento que se esconde detrás de lo que se ha llamado: detalles plásticos.
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