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LOS MAESTR_OS
FLAMENCOS
Pocos han sitll) !m, estudios Jeclicados a los tipos ele escritura de los Países Bajos,
tema que nO) disponemos a abordar a continuación. No obstante, se trata de
un campo fascinante y para el lector supondrá, sin c.lutla, el descubrimiento de
una época desatendida, una de las más brillantes de la caligrafía occidental.
Parac.lójicamente, el siglo XVII llamcnco y holandés no ha suscitado todavía muchas
publicaciones ni exámenes profundos. En el mundo anglosajón apenas :.e le hace
alusión. Sin embargo, esta fase histórica es de una riqueza singular, y los diferentes
calígrafos flamencos y neerlandeses que se sucedieron durante Jos siglos XVJ y
xvu llevaron su arte a cumbtes de calidad y virtuosismo pocas veces igualadas.
Si en el stglo xv tue Italia rl país precursor, Flandes y los Países Bajos tomaron
seguidamente el relevo en d iversos ~mbi t os del pensamiento y de las artes. La
llegada ele intelectuales extranjeros, la existencia de un clima de franca tolerancia y
el enriquecinllento resultante del incremento de los intercambios comerciaJes fueron
factores decisivos para la renovación de la caligrafía.
El siglo de oro de la caligrafía neerlandesa
No cabe duela de que sin los maestros de escuela neerlandeses, los Países Bajos
no habrían conocido su siglo de oro de la caligraffa. Efectivamentt', el trabajo
pedagógico desarrollado en Ja eswela primaria, complementario de otras disciplinas
como el francés, el latín o las matemáticas, propició la eclosión de numerosos
Jiltt van dt•n Vcltle. Cc1li¡;rafia sobre papel;
jóvenes talentos. Huelga insistir aquí sobre la importancia que se otorgó a la
formato: 19,5 x J 1 ,e; cm. Este dorumcnto,
enseñanza de la caligrafía. Los re~ul t<tdos de esta política no se hlcieron esperar y, t'scrilo con pluJil,l ut• gnnso y ti n l <~ fén ic,l, es
a partir dd siglo xvtt, podemo::. enumerar una veintena ele calígrafos de muy alto ~ 1gníficalivo porque flllll'~ tra la perf'ecdc)n y 1,1
~~ipt:rioridnd del origiur~l manuscl"itn tWl
nivel. Lo:. cuarenta y seis libro'> qut• nos han legado evidencian innegablemente
re5pecto a la réplic.J grab.1da en cobr~:. En
su talento, aunque el término •libro• posiblemente no sea el más apropiado: más efcc10. aunque en ocilsíoncs l"l grabado ol rt><:t·
bien habri;t que hablar de cuadernos de eJemplos. Estas valiosas obras, algunas Ullil gran nitH.lez, l<'wha 110 tanto lno y ngido
l'or el contrario, el c¡cmplar cilligr¡¡fiado no5
escritas d irectamente a mano y otras grabad11s sobre madera o en l11lla tlulcc,
fascínn por el incrdble virtuosis111o de los
estaban dingidas a aficionado:, aca••dalados na otros maestros menos originales Mnhcscos, la mncluliicic'ln de los perfl le; y In~
que dt•sec1ban proveerse de excelenle::; modelos. La comparación entre el número de reflejos de la tinta. E~ta pieza, que muestra
do~ escrituras namcnca; y una italiana, fue
libros ed1taclo~ en Holanda y el de otros países europeos es significativa: tan <;o)o
etecut.tda al correr dr lil pluma, sin mngun
Italia podía rivalizar entonces en importancia Sin embargo, esta producción empezó retoque. Ám1>t!:'rda1)), híblioteca de la
a disminuir progresivamente a partir de túso. Universidad.
LOS :\11\fSl Ktl~ fLAMENCO~ ZIJ