Page 5 - VALORES DE 1º ESO
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-Igualmente Miksu. Bueno, me tengo que ir; a ver si otro día nos volvemos a ver, adiós
-le dijo Kuro, sonriendo para luego marcharse.
-Adiós, Kuro- dijo Miksu con un poco de tristeza y alegría; en su cabeza no paraba de
hacerse una y otra vez la misma pregunta: “¿volveré a verlo?”.
Así fue como los días pasaron y Miksu y Kuro, siempre se encontraban en la entrada
de la casa de su emperador. Poco a poco los dos se enamoraron, pero ese amor no duraría
mucho, ya que habría una terrible guerra con el pueblo vecino por los sucesivos robos de
cosecha. Así fue como empezó la guerra entre ambos pueblos, muriendo soldados tanto como
gente que no tenían culpa de nada.
Por momentos todo iba bien en Jameny, iban ganado la batalla, y al parecer las
cosechas iban bien sin robos. Y Miksu y Kuro se seguían viendo, pero ella siempre tenia
mucho miedo de que algo malo le pasara a Kuro y nunca más lo pudiese ver; ese era su mayor
temor. Kuro para calmar el temor de Miksu le regaló una pulsera significado de su amor
hacia ella y siempre le decía que volvería y así lo hizo, siempre volvía.
Pero un día, se escuchó una alarma que despertó a todo el pueblo. Al parecer el pueblo
enemigo atacó por sorpresa. En pocos minutos un montón de soldados armados entraban en
las casa de la gente, dando a mostrar una horrible masacre. Miksu se encontraba dormida,
pero despertó de un susto al escuchar la alarma, así mirando rápidamente por la ventana para
ver lo que sucedía. Al ver aquellos soldados se quedó paralizada, el ver cómo todo su pueblo
era masacrado por esos soldados, escuchar los gritos de ruegos y llantos, que ella nunca
olvidaría. Cuando de repente entraron en su casa y la acorralaron. Ella pensaba que iba a
morir, pero no fue así, en vez de matarla los soldados decidieron llevársela ante su emperador,
así que uno de los soldados dijo:
-Oigan, en vez de matar a esta chica tan bonita, deberíamos llevarla ante nuestro
emperador, seria un desperdicio quitarle la vida a tal hermosura- dijo un soldado mientras
miraba a Miksu.
-Buena idea. Venga cogerla que nos la llevamos- dijo el soldado que mandaba; así los
demás hicieron caso amarrando las manos y pies de Miksu con una cuerda para llevársela a su
campamento. Ya era de noche y los soldados junto a Miksu seguían andando hacia el
campamento, pero en mitad de la noche se escucharon ruidos; así que se pusieron en alerta
por si había algún ataque. Se hizo silencio durante unos minutos, pero en mitad de ese
silencio, los soldados de Jameny los habían seguido encadenando así una batalla. Entre esa
multitud de gente apareció Kuro, que pudo localizar a su amada, llenando su corazón de
felicidad ya que el pensó que habían matado a su amada, pero no seguía viva. Soltó su espada
para ir corriendo a Miksu en mitad de la batalla, hasta llegar a ella y cargarla en brazos, para
así irse con ella lejos de la batalla, pero uno de los soldados enemigo los vio, y decidió
seguirlos.
Miksu al darse cuenta de que Kuro la estaba cargando no tenia las fuerzas suficientes
para decirle una sola palabra, así llegaron cerca de un río donde había unas flores realmente
hermosas. En ese momento Kuro escuchó los pasos de alguien, dejando a Miksu en las flores