Page 29 - Educatte

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“¿es que acaso no la quieres?”. Resignado, no me quedo más remedio que hablar con ellos, los
inunde de preguntas una tras de otra de manera desesperada: ¿quiénes son?, ¿cómo supieron
de mí?, ¿es que acaso Marcus y los demás solo fueron experimentos?, ¿existe de verdad la
juventud eterna?, ¿por qué hacen esto?, ¿qué pasa si digo que no? Ellos respondieron: “No
importa quienes somos, como no íbamos a saber de ti, si tú nos buscaste. Marcus obtuvo lo que
quería. Nosotros no experimentamos con gente; y si, la juventud eterna existe, solo tienes que
seguir las reglas. Nunca debes hablar, revelar o comentar siquiera tu verdadera
identidad o algo sobre esto. Nosotros solo cumplimos el deseo de la gente, la ambición que

existe en cada corazón humano, un cuerpo inmortal. O es que acaso, ¿nunca te paso por la
cabeza, obtener tal preciado don?….. Y por último, ¿tú crees que vas a decir que no?...
Como les dije, en este mundo hay muchas cosas que van mucho más allá de nuestra
imaginación, ya pasaron 50 años de ese día y me hago análisis casi a diario, cuidando
paranoicamente mi salud, y sí, estoy sano como el momento en que hable con ellos; no envejecí
absolutamente ni un día desde aquel entonces y pues tenían razón, mi cuerpo es inmortal. Pero
hoy, fue que entendí a Marcus, cuando él hablaba de que por dentro se hacía polvo, no se refería
a su cuerpo, el alma repleta de tanta avaricia, de esta energía tan destructiva, el universo
poniendo las cosas en su lugar, la inmortalidad no existe, mi alma rogaba con ansias escapar de
alli. Luego de una vida vacía de vicios y lujos, idolatrando el efímero placer de lo terrenal. Siento
que ya estoy cerca, del inevitable final de mi triste y miserable vida inmortal.