Page 179 - El libro de Enoc
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Vi cuando el Señor de las ovejas trajo una nueva casa, más grande
y alta que la primera y Él la puso en el sitio de la primera que había
sido desarmada. Y todas sus columnas eran nuevas y sus adornos
eran nuevos y mayores que los de la primera, la casa vieja que se
había llevado. Todas las ovejas estaban adentro.
(Es 6:14-15; Ez 40:2; Ap 21:10-11)
Vi a todas las ovejas que quedaban, a las bestias de la tierra y a las
aves del cielo inclinarse para rendir homenaje a estas ovejas,
suplicarles y obedecerles en todas las cosas. (Ap 7:13-15, 22:3)
Luego esos tres que estaban vestidos de blanco, aquellos que me
habían elevado antes, me tomaron de la mano y también el carnero
me tomo la mano y me hicieron subir y sentar en medio de estas
ovejas, antes de que tuviera lugar el juicio.
Estas ovejas eran todas blancas y su lana abundante y pura. (Ap 7:9)
Y todas las que habían sido destruidas o dispersadas por las bestias
del campo y las aves del cielo, se congregaron en esta casa y el
Señor de las ovejas se regocijó con gran alegría porque todas eran
buenas y porque ellas habían regresado a su casa.
Vi cuando ellas depusieron esa espada que había sido dada a las
ovejas: ellas la llevaron a la casa y la sellaron en presencia del
Señor. Y todas las ovejas fueron invitadas a esta casa aunque no
cabían. (Is 2:4; Os 2:20; Jl 4:10; Mi 4:3; Za 9:10-11)
Sus ojos fueron abiertos y ellas vieron bien y no hubo ninguna de
ellas que no viera.
Vi que esta casa era grande, amplia y estaba completamente llena.