Page 38 - El libro de Enoc
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La del medio se elevaba hasta el cielo como el trono del Señor y la
parte alta del trono era de zafiro.
Yo vi un fuego ardiente, y más allá de esas montañas
está una región donde termina la gran tierra, y ahí culminan los
cielos.
Luego me fue mostrado un profundo abismo entre columnas de
fuego celeste, y vi en él columnas de fuego que descendían al fondo
y cuya altura y profundidad eran inconmensurables;
y más allá de este abismo vi un sitio sobre el cual no se extendía el
firmamento, bajo el cual no había tampoco cimientos de la tierra;
sobre el que no había ni agua ni pájaros, sino que era un lugar
desierto y terrible.
Allí vi siete estrellas parecidas a grandes montañas, que ardían, y
cuando pregunté sobre esto,
El ángel me dijo: «Este sitio es el final del cielo y de la tierra; ha
llegado a ser la prisión de las estrellas y de los poderes del cielo.
“Las estrellas que ruedan sobre el fuego son las que han
transgredido el mandamiento del Señor, desde el comienzo de su
ascenso, porque no han llegado a su debido tiempo;
y Él se irritó contra ellas y las ha encadenado hasta el tiempo de la
consumación de su culpa para siempre, en el año del misterio».