Page 99 - El libro de Enoc
P. 99
estrellas de acuerdo con sus nombres y cómo están subdivididas y
clasificadas;
y el trueno en los lugares donde retumba y toda la distinción que es
hecha entre los relámpagos para que ellos brillen y entre sus
huestes para que ellas obedezcan rápidamente.
El trueno hace pausas mientras espera su eco. Trueno y relámpago
son inseparables, son unidos por medio del espíritu y no están
separados,
pues cuando el relámpago resplandece, el trueno hace oír su voz y
el espíritu lo aplaca mientras repica, y distribuye por igual entre
ambos, pues el depósito de sus ecos es como arena y cada uno de
ellos como sus ecos son retenidos con un freno y devueltos por el
poder del espíritu, son impulsados hacia muchas regiones de la
tierra.
El espíritu del mar es masculino y vigoroso y según su fuerza lo
devuelve con un freno y así es alejado y dispersado entre todas las
montañas de la tierra.
El espíritu de la helada es su propio ángel y el espíritu del granizo es
un buen ángel.
El espíritu de la nieve la deja caer de sus por su propia fuerza desde
sus depósitos; ella tiene un espíritu especial que sube de ella como
humo y se llama escarcha.
El espíritu de la neblina no está unido con ellos en sus depósito,
sino que tiene un depósito propio, ya que su ruta es maravillosa,
tanto en la luz como en la oscuridad, en invierno como en verano y
su mismo depósito es un ángel.