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Guías de este tipo pueden adaptarse buscando el continuo crecimiento. No es bueno
                estancarse en el mismo plan, conviene salir de la rutina.

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                  Se trata de una persona que ayuda. Esta palabra proviene del griego. Mentor es un
                personaje de La Odisea, el encargado de la educación de Telémaco. Más que un tutor
                fue un compañero de viaje y, con su guía, el joven aprendió a valerse por sí mismo.
                Este nombre propio con el tiempo pasó a ser un sustantivo que refiere a una persona
                que enseña a otro, ayudando a descubrir sus propios talentos, el ministerio y las nece-
                sidades. Es más que un líder. Un mentor es un entrenador, como un director técnico
                que no entra dentro de la cancha a jugar el partido, sino que lo dirige de cerca, pero
                son los jugadores mismos los que desarrollan su talento.

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                  Una palabra que a veces se usa para mentor es coach  , que comúnmente se traduce
                “entrenador”. Se refiere al que ayuda a otros a descubrirse; hace preguntas, y no da
                las respuestas. Por ejemplo pregunta: “¿Si el plan A no funciona, cuál será tu plan?” o
                “¿Cómo vas a trabajar en tu desarrollo espiritual?”.

                  No es una persona que uno elige solamente, sí tiene que ver con una elección, pero
                de ambas partes; el mentor y la persona que recibe el entrenamiento, tienen que sen-
                tir empatía. Porque no es por imposición sino por reconocimiento.

                  Así hemos funcionado en la plantación de iglesias, buscando personas que se lleven
                bien entre sí. Si el pastor de la iglesia madre que está plantando la nueva iglesia pudie-
                ra estar cerca sería muy bueno, excelente; pero a veces no es posible por la distancia.
                El mentor tiene que ver a su mentor cara a cara, tiene que observar cómo está su vida.
                Nosotros hemos visto lo importante que es y, por lo menos fijamos esa meta por dos
                años. Al comienzo, es mucho más intenso, después el mentoreo se va desarrollando
                más esporádicamente.




                En aquellos tiempos de seminario, el Señor me habló a través del libro La búsqueda
                del significado, del escritor Robert McGee, y fue sobre la autoestima. Él autor señala:


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