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Por último queremos que ese espacio sea un centro para plantadores de iglesias, un
lugar estratégico desde donde se realicen tareas de investigación, administren recur-
sos, entrenen líderes para nuevos plantadores de iglesias, etcétera; no solamente para
la Argentina, sino también para Iberoamérica.
Para esto último estamos trabajando en el proyecto de armar una Red de Plantadores
que ayude a los líderes nacionales a fomentar y desarrollar el ministerio de plantación
de iglesias en su nación.
Así que la iglesia en San Isidro tiene este enfoque. Nuestro ADN es plantar iglesias.
Desde hace veinticinco años que estamos en la Argentina abriendo iglesias, trabajan-
do en ciudades, en diferentes provincias y a nivel nacional. Ahora queremos exten-
dernos a Iberoamérica porque sabemos que ese es nuestro ADN.
La nueva iglesia de San Lorenzo comenzó de una forma muy interesante. En ese
tiempo yo estaba sirviendo como Superintendente de Distrito. Teníamos nuestras
reuniones, y dedicábamos gran parte del tiempo en resolver problemas y situaciones
que se presentaban. Yo desafié a nuestros líderes a ser más proactivos y comenzar una
iglesia juntos. Así que en el año 2000 se puso en marcha un Proyecto de Plantación
de Iglesias del Distrito llamado “Proyecto 2000”, con el deseo de que varias iglesias
ayudaran a la nueva congregación tanto en lo económico como en el ministerio y
conformación de equipos.
Se seleccionó un pastor; sin embargo, antes de empezar se echó atrás. Pensamos que
este sería el final del proyecto, pero empezamos a buscar otra vez y un pastor asisten-
te de una congregación en Rosario sintió carga y se acercó.
La iglesia se inició en un galpón, y comenzó a crecer y desarrollarse. Buscamos una
propiedad y, justo al final de la calle, encontramos una gasolinera que estaba cerrada.
Se tuvo que llenar los antiguos tanques en el suelo y también se rellenó el lote. El
edificio se hizo con gran sacrificio.
Hoy en día existe una congregación saludable, ubicada en una de las calles princi-
pales de esa ciudad. Es el resultado de la unidad de muchos para establecer el reino
de Dios.
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