Page 89 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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—Anduin —dijo—. Entiendo que siempre quieres ver lo bueno en las personas.


                    —No es…


                    Genn alzó una mano.


                    —Por favor, Su Majestad. Escúcheme.


                    Anduin frunció el ceño, pero asintió.

                    —Es un rasgo admirable. Especialmente en un gobernante. Pero un gobernante

           debe ser cuidadoso para que no lo engañen. Sé que conociste y respetaste a Thrall. Y sé
           que consideras a Baine un amigo y él ha actuado con honor. Incluso tu padre negoció con
           Lor’themar Theron y tenía a Vol’jin en alta estima. Pero los renegados son… diferentes.

           Ellos ya no sienten las cosas como nosotros hacemos. Ellos son… abominaciones.

                    La voz de Anduin fue suave.


                    —Uno de los líderes actuales del Cónclaves es el Arzobispo Faol.


                    Genn maldijo y se puso de pie de un salto. Los cubiertos cayeron al suelo.


                    —¡Imposible! —su rostro se había sonrojado y una vena comenzó a palpitar en
           su cuello— Eso es peor que una abominación. ¡Eso es blasfemia! ¿Cómo puedes tolerar
           esto, Anduin? ¿No te enferma?


                    Anduin pensó en el pícaro sentido del humor que él difunto Alonsus Faol solía

           mostrar. Su bondad, su preocupación. Somos sacerdotes antes que otra cosa. Y lo era.

                    —No —dijo Anduin sonriendo—. Al contrario. Verlos ahí, en ese lugar de Luz…

           me dio esperanza, Genn. Los renegados no son irracionales de la Plaga. Son personas.
           Tienen libre albedrío. Y sí, algunos de ellos han cambiado para mal. Ellos han seguido
           adelante con su nueva existencia con miedo y odio. Pero no todos. Vi a los sacerdotes

           renegados hablando no solamente con los tauren y los trolls sino también con enanos y
           draenei. Ellos recordaban lo bueno. Moira ha trabajado con Faol desde hace un tiempo
           y…


                    Genn maldijo.


                    —¿También Moira? ¡Creí que los enanos tenían sentido común! He escuchado
           demasiado —se giró, preparado para salir del cuarto.


                    —No,  no  lo  has  hecho  —la  voz  de  Anduin  fue  suave  pero  no  mediaba
           desacuerdos. Levantó una mano y señaló la silla que el otro había dejado vacía—. Te

           quedarás y escucharás.



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