Page 109 - Cómo aprendimos a volar (II Edición)
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Era la noche de año nuevo. Mi año comenzó completamente al revés. Como en muchas his- torias de tristeza, miedo y vio- lencia, el alcohol tuvo que ver. El alcohol puede hacer que las personas saquen sus insegu- ridades y frustraciones de las peores formas, pero nunca es una justificación.
Mi esposo en 20 años nunca había bebido como esa noche. Y entre lo que había tomado y lo que la gente le había estado diciendo y todos sus
malos pensamien-
tos acumulados, se
desató y me comenzó
a agredir. No solo fue
agresión verbal y psi-
cológica, también fue
física. Y él decidió agredirme, no fue el
alcohol, no fueron las personas que le habían estado hablando cosas que no eran, fue él. El universo me salvó ese día, pero al siguiente día volé. Volé para poner a salvo mi vida, pero tam- bién la de mis wawas búho. Fue una experiencia traumática para las tres, y ellas, a su corta edad, tuvieron que aprender y vivir lo que es la violencia.
Al poco tiempo volvimos solo para llevarnos las cosas que
necesitábamos, y encontramos unadestruccióntotal.Miesposo, en su furia, había acabado con todo recuerdo de nuestro nido original, todo estaba roto: fotos, adornos, hasta juguetes de mis wawas. Finalmente son cosas materiales, pero tenían mucho significado. Recogí algunas y nos fuimos definitivamente, para empezar de nuevo, en otro cielo, solo nosotras tres.
Es triste que tantos años de construir en pareja se acaben por la inmadurez y la desconfianza que puede tener una per- sona y que le llevan a agredir a la persona más cercana y con la que más comparte. Y es triste que las otras
personas cercanas, en lugar de ser un apoyo, se metan en las vidas ajenas para generar malos pensamientos y actitudes. Toma mucho tiempo reconstruir un nido, pajita por pajita, una hojita a la vez, pero debemos hacerlo. Y eso hicimos con mis wawas. Ellas aprendie- ron a ver las cosas de manera diferente; las tres tenemos un lazo fuerte que nos mantiene siempre juntas. Los hombres que ejercen violencia deben
“Toma mucho tiempo reconstruir un nido, pajita por pajita, una hojita a la vez, pero debemos hacerlo”
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