Page 1239 - Biblia el Unico Dios
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26 ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?
27 «Porque el Hijo de Dios ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a lo que haya hecho.
28 Yo les aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo de Dios venir en su Reino.»
Mateo 17
La transfiguración
(Mr.9.2-13; Lc.9.28-36)
1 Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Jacobo y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto.
2 Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.
3 En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él.
4 Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: «Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
5 Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escúchenlo.»
6 Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo.
7 Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo: «Levántense, no tengan miedo.»
8 Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo.
9 Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No cuenten a nadie la visión hasta que el Hijo de Dios haya resucitado de entre los muertos.»
10 Sus discípulos le preguntaron: «¿Por qué, dicen los escribas que Elías debe venir primero?»
11 Y Jesús contestó: «Ciertamente, Elías ha de venir a restaurarlo todo.
12 Les digo, sin embargo: Elías vino ya, pero no le reconocieron sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también el Hijo de Dios tendrá que padecer de parte de ellos.»
13 Entonces los discípulos comprendieron que se refería a Juan el Bautista.
Jesús sana a un muchacho lunático
(Mr.9.14-29; Lc.9.37-43)
14 Cuando llegaron a donde estaba la gente, se acercó a Jesús un hombre que, arrodillándose ante él,
15 le dijo: «Señor, ten piedad de mi hijo, porque es lunático y está mal; porque muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua.
16 Se lo he presentado a tus discípulos, pero ellos no han podido curarle.»
17 Jesús contestó: ¡Oh gente sin fe y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Traigan acá al muchacho. 18 Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora.