Page 1497 - Biblia el Unico Dios
P. 1497
de la verdad nos recomendamos a nosotros mismos a toda conciencia humana delante de Dios.
3 Y si el evangelio que anunciamos está como cubierto por un velo, lo está solamente para los que se pierden.
4 para los incrédulos, cuyo entendimiento cegó el dios de este mundo para impedir que vean brillar el resplandor del Evangelio de la gloria de Jesús, que es imagen de Dios.
5 No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesús como Señor, y a nosotros como siervos de ustedes por Jesús.
6 Porque el mismo Dios que dijo: De las tinieblas brille la luz, ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de su hijo, Jesús.
Viviendo por fe
7 Pero esta riqueza la tenemos en nuestro cuerpo, que es como una olla de barro, para mostrar que ese poder tan grande viene de Dios y no de nosotros.
8 Así, aunque llenos de problemas, no estamos sin salida; tenemos preocupaciones, pero no nos desesperamos.
9 Nos persiguen, pero no estamos abandonados; nos derriban, pero no nos
destruyen.
10 Llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes la muerte de Jesús, a
fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
11 Porque, aunque vivimos, nos vemos continuamente entregados a la muerte por
causa de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra
carne mortal.
12 De modo que la muerte actúa en nosotros, mas en ustedes la vida.
13 Pero teniendo aquel espíritu de fe conforme a lo que está escrito: Creí, por
eso hablé, también nosotros creemos, y por eso hablamos,
14 sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús, también nos resucitará con Jesús y
nos presentará ante él juntamente con ustedes.
Rm.8:11
15 Todo esto ha sucedido para bien de ustedes, para que, recibiendo muchos la gracia de Dios, muchos sean también los que le den gracias, para la gloria de Dios.
16 Por eso no desfallecemos. Aun cuando nuestro hombre exterior se va desgastando, el hombre interior se va renovando de día en día.
17 En efecto, la leve tribulación de un momento nos produce, sobre toda medida, un pesado caudal de gloria eterna,
18 no ponemos nuestros ojos en las cosas visibles, sino en las invisibles; porque las cosas visibles son pasajeras, mas las invisibles son eternas.
2 Corintios 5
1 Nosotros somos como una casa terrenal, como una tienda de campaña no permanente; pero sabemos que si esta tienda se destruye, Dios nos tiene preparada en el cielo una casa eterna, que no ha sido hecha por manos humanas.