Page 29 - El MANUAL DE TANGO

Julio Mariño Gobbi

3- Conexión Emocional

Muchas veces el contacto físico con otra persona puede ser estresante y la cercanía que maneja el
tango suele tensionar a la gente que no está acostumbrada, ¿pero es el contacto físico el problema
real?, generalmente no, el problema no es el contacto en sí, sino que es lo que éste produce
emocionalmente. El contacto nos hace reaccionar y refugiarnos de la emoción que se abre a través
este.

Esto puede ocurrir por varios motivos, uno puede ser por una simple cuestión de que no deseamos un
contacto emocional con la pareja con la que nos encontramos bailando, lo cuál sería totalmente
natural, pero que generalmente es exagerada, siendo que muchas veces esto ocurre por limitaciones
personales que nos predisponen a no poder conectarnos. Esto significa que muchas veces elegimos
con los ojos con quién deseamos conectarnos o no, pero sin embargo, durante el abrazo no usamos
los ojos, sino que usamos el cuerpo, y podemos permitirnos disfrutar de este contacto físico sin
importar el aspecto de la persona que está bailando con nosotros. Otro de los motivos, pueden ser los
comentarios que hemos escuchado de la persona, sin darle la oportunidad de conectar con nosotros
antes de siquiera intentarlo. Pero aunque parezca irónico, esta limitación en la conexión emocional
puede ocurrir por el motivo opuesto, el de sentir placer, ya que al sentir que el contacto con un
desconocido nos genera placer emocional, nos hace levantar las defensas internas por tener inculcado
en nuestra educación que eso es algo malo, o sea, en vez de disfrutarlo, lo convertimos en una
experiencia negativa, sintiéndonos incómodos. Sentirnos mal por disfrutar de algo, ocurre mucho más
seguido de lo que pensamos.

¿Pero qué es la conexión emocional en tango?
Esta es la conexión que hace al tango una danza particular y especial, la conexión emocional será lo
que nos afecte por dentro, lo que nos haga tensionarnos o relajarnos, querer, odiar, desear, amar, y
todo tipo de sensaciones que pueden llegar a ser desde sutiles hasta muy fuertes.

Durante toda mi carrera he escuchado profesores decir que las emociones no se pueden enseñar, y se
resguardan en eso para no tener que tocar el tema, pero lo que nunca se dijo es que SÍ, se puede
enseñar a liberar las emociones, a aceptarlas y a expresarlas.

La gran mayoría de la gente tiene bloqueos emocionales, esto no significa que no sientan o que no
conozcan las emociones, simplemente que las tienen bloqueadas, especialmente cuando se trata de
exponerlas ante un extraño (o conocido) con el cual bailamos ocasionalmente.

La gente “no puede”, culturalmente hablando, ir en la calle y de repente abrazarse con un desconocido
y realmente demostrar distintos tipos de emociones, pero sorprendentemente en Tango es algo que
tenemos permitido hacer y es hasta necesario para que el baile se desarrolle plenamente. Esto hace
que el tango dé esa sensación de libertad, que nos permite estar en el borde entre lo que se supone
correcto e incorrecto, pero sin tener consecuencias sociales.

Cuando pregunto a mis alumnos alrededor del mundo que me describan tango en una sola palabra,
no importa en qué país esté, la respuesta más generalizada y por mucho, es siempre la misma, la
palabra más representativa del tango es “¡Pasión!”
Luego de esta pequeña encuesta los hago bailar un tango y finalizado este les pregunto “¿cuántos de
ustedes sintieron pasión durante ese tango?” la gente se sorprende, y se ríe, se dan cuenta que desde
su propia definición de tango, ellos mismos no están bailando tango. Al fin y al cabo, la pasión es
muy atractiva, pero está reprimida socialmente, por lo que es mejor mirarla desde lejos, apreciarla en
otros mientras nos imaginamos a nosotros mismos en esa situación, pero… ¿es realmente así? ¿es
necesario mirarla simplemente de lejos y dejar que otros vivan lo que nos gustaría a nosotros?, bueno,
ahí es donde cada uno debería decidir si vale la pena o no, pero decidir es lo contrario a lo que uno
hace cuando está reprimido, o sea, cuando se rige por las limitaciones sociales que posee.

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