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Existen ciertos conceptos e ideas fundamentales que ayudan a entender el nacimiento de la Pedagogía
Progresista (a mitad del s.XIX) y es por ello, que en esta primera práctica de la asignatura Innovaciones en
los Proyectos Educativos en Educación Infantil (impartida en el Grado de Maestro de Educación Infantil en
la Universidad de Alicante), centraremos el foco en dar respuesta de una manera explicativa, pero concisa,
a esos puntos claves que ayudaron a desarrollar dicha pedagogía.
Resulta fundamental explicar, en primer lugar, que durante la segunda mitad del s. XIX se desarrolló en
España el movimiento intelectual conocido con el nombre de krausismo. Este sistema filosófico desarrollado
por el alemán K. C. Friedrich Krause (1781-1832), de quien recibe su nombre, se caracteriza por el intento
de conciliar el racionalismo con la moral. Concretamente en España, fue introducido por Julián Sanz del Río
(1814-1869). Defendiendo con este movimiento la tolerancia académica y la libertad de cátedra frente al
dogmatismo. Las implicaciones pedagógicas krausistas daban importancia a las clases experimentales y las
excursiones con tal de poner en contacto directo al alumno con la naturaleza y con cualquier objeto que
pudiera darle conocimiento. Además de hacer hincapié en la laicidad y la creencia en un Dios sin ningún
tipo de reglamentaciones.
Debe entenderse el krausismo español, no como una corriente rigurosamente filosófica, sino más bien como
un complicado movimiento intelectual, religioso y político, en el que se agrupó la izquierda burguesa liberal
del momento. Sus seguidores trabajaron con especial dedicación temas de ética, derecho, sociología y
pedagogía, que más adelante se verían reflejados en la Institución Libre de Enseñanza. Se trató, por tanto,
de una forma de vida, en pro del cultivo de la ciencia, una moral austera y una religión semisecularizada que
pretendía sustituir la tradición religiosa, mucho menos abierta y más centrada en el control, el poder, en vez
de en la innovación.
Si bien este nuevo estilo de vida intervino sobre manera en las Universidades, a través de su profesorado,
recordemos que este pensamiento se expresó por vez primera en España durante el curso académico
1857-1858 en la Universidad de Madrid (actual Complutense), con preceptos básicos tales como: la
secularización progresiva de la sociedad, la pedagogía como eje de la educación, el universalismo (creencia
en la existencia de una verdad universal) y el desarrollo del Derecho como garante de la sociedad, lo que
encontró una oposición drástica de las posiciones más tradicionales, llegando a provocar notables disputas
y las llamadas “cuestiones universitarias”.
La primera de las cuestiones universitarias, se dio a partir de 1864, bajo la presidencia de Narváez en el
Consejo de Ministros de España (uno de los políticos más influyentes durante el reinado de Isabel II). Lo
que derivó en que a diversos personajes de la escena universitaria como Castelar, Salmerón, Fernando de
Castro y Sanz del Río se les retirasen sus cátedras, al centrar sus defensas en lo que se conoció como
libertad de la Ciencia. Otro de los personajes del momento, Giner de los Ríos, al salir en defensa de sus
compañeros, fue también amonestado y suspendido de todas sus funciones. Muchos de estos integrantes
del Krausismo se refugiaron en la enseñanza privada.
La llamada "segunda cuestión universitaria" (1875) se dio apenas una década después de la primera, si
bien, se trataron de unos años políticamente intensos para el país. Con la Revolución de Septiembre de
1868, se consiguió destronar y exiliar a la reina Isabel II. A partir del triunfo de la revolución llegó el periodo
conocido como Sexenio Democrático (1868-1874). Durante este periodo se aprobó la Constitución de 1869,
bajo el mandato de Francisco Serrano y Domínguez como presidente del Poder Ejecutivo y más tarde
Regente del reino, hasta que, finalmente, se optó por entregar el poder a Amadeo de Saboya. Fue
proclamado rey Amadeo I de España en un intento de constituir la Primera monarquía parlamentaria
(monarquía democrática se llamó).
Dicho reinado tan solo duró un par de años, entre 1871 y 1873. Tras su renuncia, el 11 de febrero se
proclamó la Primera República Española. Apenas corrió más suerte que las anteriores formas de gobierno,
un año después, el 29 de diciembre de 1874, con el levantamiento militar, conocido como el
Pronunciamiento de Sagunto o Pronunciamiento de Martínez Campos se dio comienzo a la restauración de
la monarquía borbónica, con el establecimiento de una monarquía constitucional, bajo un sistema político
bipartidista ( Partido Liberal- Conservador y el Partido Liberal-Fusionista). Bajo este panorama político tuvo
lugar la "segunda cuestión universitaria" producida tras el anuncio del Decreto del 26 de febrero de 1875.
El gobierno de Cánovas (Partido Liberal- Conservador), tras la inestabilidad de los últimos años, pretendía
controlar la libertad de los docentes evitando así cualquier crítica a su sistema político. En dicho Decreto se
ordenaba que todas las enseñanzas siguieran los principios del catolicismo y “que los profesores se
atengan estrictamente a la explicación de las asignaturas que les están confiadas, sin extraviar el espíritu
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