El último sorbo
de este trago amargo,
me lo bebí
hoy;
y, quebré la copa
de este mal
momento.
Ya no queda el rastro
de lo que hubo
ayer...
Me aguijona,
me martilla,
me persigue...
¡huye de mis pensamientos!
para que llegue la calma
y se esfumen para siempre
los tormentos.