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En febrero del 2017, ya todo se podía ver más real, era mi primer

                  día de clases como universitaria, y más que eso, era el inicio de

                  una vida totalmente diferente a la que estaba acostumbrada, en
                  lo único que podía pensar era en que todo en mi cambiaría,  y así

                  fue, nuevos amigos, nueva casa, todo sería nuevo para mí.


                  Para  que  puedan  entender  a  lo  que  me  refiero,  tendría  que

                  contarles un poco más de mí y de dónde vengo.

                  Soy  de  municipio  llamado  San  Jacinto  Bolívar,  donde me  críe

                  con  mis  padres  y  mi  hermano  mayor.  Estaba  acostumbrada  a

                  aquella  vida  de  tranquilidad  y  frescura  donde,  no  hay  afanes
                  como  los  hay  en  la  ciudad,  generalmente  iba  de  mi  casa  al

                  colegio  caminando  y  asimismo  me  regresaba  ya  que  las

                  distancias no eran muy grandes, por ser un pueblo pequeño, me
                  sentía  segura  al  salir  a  la  calle  de  día,  de  noche  y  poder  estar

                  segura que no me iba a correr ningún peligro.


                  Cambiar  tan  drásticamente  de  residencia,  sin  duda no  es  nada

                  fácil, ya veía venir todos los obstáculos que tenía que vencer para
                  poder salir adelante.


                  Tener las ganas y la fuerza era indispensable para no desfallecer

                  ante este nuevo mundo al que me tenía que enfrentar, estar sin el

                  círculo de personas que siempre te rodearon y ayudaron cuando
                  lo necesitabas, pero era algo con lo que tenía lidiar.


                  Honestamente  hubiera  preferido  que  mi  familia  se  viniera

                  conmigo y estuviera en los momentos donde no sabía qué hacer
                  ni cómo actuar ante situaciones complejas.


                  Bueno,  me  vine  finalmente  a  vivir  a  Cartagena,  que  sin  duda

                  para mí, era la mejor ciudad para pasar vacaciones, siempre que
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