Page 12 - Degrelle, Leon - Historia de las SS Europeas
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pedazos de terreno, todavía imperaba en la Europa de 1939.  No
            así   en   el   caso   de   la   Unión   Soviética   en   dónde   el
            internacionalismo   había   suplantado   el   nacionalismo.   Los
            comunistas nunca pensaron  en servir  los intereses de Rusia. El

            comunismo  no  se limita  a adquirir  pedazos  de  territorio  sino
            que apunta sus miras a la dominación  total del mundo.

            Este   es   un   factor   dramáticamente   nuevo.   Esta   política   de
            conquista  mundial  continua  siendo  perseguida  hasta el día de

            hoy en Vietnam,  Afganistán,  África o Polonia. En aquella época
            era un concepto  totalmente  nuevo. Solo entre todos  los demás
            líderes   del   mundo,   Hitler   fue   el   único   que   comprendió   este

            concepto  como una amenaza para todas las naciones.

            Hitler  se acordaba  vívidamente  del  desastre  desatado  por  los
            comunistas  en Alemania  al final  de la Primera Guerra Mundial.
            Particularmente   en   Berlín   y   en   Baviera,   los   comunistas,   bajó

            órdenes extranjeras, organizaron  un Estado dentro  del Estado y
            casi   se  quedaron   con   el   Poder.   Para  Hitler   todo   apuntaba   al
            Este. La amenaza era el comunismo.

            Aparte de esta falta de interés de sojuzgar a Europa, Hitler tenía
            conciencia   de   que   no  podía  arriesgarse   a una  guerra  en   dos
            frentes.

            En   este   punto,   los   Aliados   - en   lugar   de   dejar   que   Hitler
            combatiese   al   comunismo-   tomaron   la   funesta   decisión   de
            atacar a Hitler.
            Las autodenominadas Democracias Occidentales se aliaron  con

            la   Unión   Soviética   con   el   propósito   de   rodear   y   destruir   el
            gobierno  democrático de Alemania.

            El Tratado de Versalles había ya amputado  a Alemania por todas
            partes. Fue diseñado para mantener a Alemania en medio  de un

            permanente colapso económico  y en medio  de una permanente
            impotencia  militar.  Los Aliados  habían  ratificado  toda  una  red

            de   Tratados   con   Bélgica,   el   recientemente   creado   Estado   de
            Checoslovaquia, Yugoslavia, Polonia y Rumania para presionar a
            Alemania desde todas partes.
            Ahora,  en el verano  de 1939  los Gobiernos  de Gran Bretaña y
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