Page 9 - Degrelle, Leon - Historia de las SS Europeas
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Establecido  tradicional  se le opondrían  en cada nuevo  giro  de
            los acontecimientos.
            Y estaba en lo cierto.  A través de los oficiales de alto  rango,  el
            Poder   Tradicional   complotaba   para   derrocar   al

            democráticamente  elegido  gobierno  de Hitler.  Conocido  como
            el Complot  de Munich,  los  conspiradores  fueron  detectados  a
            tiempo.  Esto fue en 1938.

            El  20   de   Julio   de   1944   Hitler   casi   perdería   la   vida   cuando

            oficiales aristocráticos  colocaron  una bomba  de tiempo  debajo
            de su mesa de trabajo.
            Para   no   alarmar   al   Ejército,   Hitler   expandió   a   la   SS

            convirtiéndola  en una fuerza responsable por  el mantenimiento
            de la paz y el orden.  Existía, por  supuesto,  una fuerza  policial
            alemana   per,   otra   vez,   Hitler   no   podía   estar   seguro   de   su

            lealtad.   Los   150.000   policías   habían   sido   designados   por   el
            régimen  de Weimar. Hitler necesitaba a la SS no solamente para
            detectar   complots   sino,   principalmente,   para   proteger   sus

            reformas.   Al   tiempo   en   que   su   inicial   Leibstandarte   de   180
            hombres   iba   creciendo   se   fundaron   otros   regimientos   tales
            como el Deutschland  y el Germania.

            Los altos  mandos  del Ejército  hicieron  de todo  para impedir  el

            reclutamiento  de las SS. Hitler  rodeó  los obstáculos decidiendo
            que fuese el Ministerio  del Interior  y no el Ministerio  de Defensa
            el encargado de efectuar el reclutamiento.
            El   Ejército   contraatacó   desalentando   el   reclutamiento   de

            hombres   entre   18   y   45   años   de   edad.   Sobre   la   base   de   la
            defensa  nacional,  los  civiles  fueron  ordenados  a servir  cuatro

            años,   oficiales   sin   comisión   doce   y   oficiales   en   comisión
            veinticinco años.
            Estas disposiciones, se pensaba, detendrían el reclutamiento  de
            las SS en sus mismos  orígenes.  Sucedió  lo  contrario.  Miles de

            hombres   jóvenes   corrieron   a   presentarse.   A   pesar   de   lo
            prolongado  del servicio. Fueron muchos más de los que podían
            aceptarse.



            Los jóvenes sentían  que la SS era la única Fuerza Armada  que
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