Page 112 - SALVADOR BORREGO ARMA ECONOMICA
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ARMA ECONOMICA

                    ¿Acaso Von Mises se había hecho en su juventud dema-
                 siadas ilusiones acerca del liberalismo?  ...
                    En realidad, la doctrina no había cambiado sus esencias
                 entre  1927 y 1962, sino que las iba revelando según se lo
                 iba permitiendo su creciente poder. Cuando en  1927 Von
                 Mises hizo el panegírico del liberalismo, todavía Roosevelt
                 no llegaba al poder.
                    Cinco años más tarde Roosevelt le fue quitando al libe-
                 ralismo algunos de sus velos y le fue dando más velocidad
                 para aproximarlo a sus auténticas metas.  Ambos puntos
                 los dejó luego como herencia sagrada. Y eso no era un cam-
                 bio, sino un lógico desarrollo de la doctrina, aunque natu-
                 ralmente sorprendía a quienes -como Von  Mises- habían
                 visto en el término de "liberalismo" un maravilloso conjun-
                 to de virtudes.
                    Ciertamente esa doctrina dio sus primeros pasos adhi-
                 riéndose categóricamente al principio de la propiedad pri-
                 vada, pero al sentirse ya fuerte empezó a acosarla con im-
                 puestos progresivos y a mutilarla con el estatismo.
                    También empezó escondiendo en parte su odio a la re-
                 ligión, pero sin dejar de combatirla de diversos modos. (Le-
                 gisladores "liberales" de Estados Unidos prohibieron rezar
                 en las escuelas, en tanto que  "liberales" de  Polonia  han
                 prohibido el crucifijo a los alumnos católicos).
                    El  liberalismo empezó admitiendo la libertad plena de
                 la iniciativa privada, y luego la  ha venido restringiendo y
                 presentando como un conjunto de villanos.
                    Empezó hablando contra la  guerra, pero famosos  go-
                 bernantes liberales han emprendido  guerras en  todo  el
                 mundo.
                    Cada  día  habla  más de  la  "autodeterminación de  los
                 pueblos", pero sólo la acepta de verdad cuando la autode-
                 terminación corresponde a lo que los liberales quieren.
                    Se dice que el liberalismo no admite el derecho de con-
                 quista, pero se hace de la vista gorda -e incluso ayuda cuan-
                 do la conquista es realizada según sus intereses.
                    En  su tiempo,  cuando el  bolchevismo  todavía  no  era
                 suficientemente fuerte, también prometió que daría liber-
                 tad y tierra al campesino, pero luego sojuzgó a todos; iba a


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