Page 109 - SALVADOR BORREGO ARMA ECONOMICA
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SALVADOR BORREGO


                   Esa corriente de pensamiento se fue integrando en dos
                grandes ramas: una, de índole filosófica, según la cual por
                encima del hombre no hay nada, ni es válida por lo
                tanto ninguna limitación moral o trascendente. Otra,
                que en lo económico tampoco hay ninguna regla superior
                al propio interés. O sea, que la libertad del hombre se halla
                por encima de todo.
                   En consecuencia, ya sin limitación moral o trascen-
                dente, se abrió camino incluso para que la libertad de unos
                pueda dañar a la libertad de los demás. Quienes tuvieran
                el propósito de hacerlo -aunque fueran minoría- llevaban
                una abrumadora ventaja sobre una sociedad desprevenida
                y carente de planes hegemónicos.
                   En lo económico, la escuela clásica o liberal-con el lema
                popular de "dejad hacer, dejad pasar"- dio el  primero de
                una serie de pasos para llegar a un nuevo modelo econó-
                mico que ya no es tan libre como la teoría lo. pretende, sino
                de gradual y forzada marcha hacia el Neo liberalismo.
                   Por la  puerta de  dicho  lema podían ascender mereci-
                damente los más capaces, pero también los más astutos,
                los que tuvieran menos escrúpulos y los que se conjuraran
                para crecer a costa de los demás. Desde luego, ya existían
                fuertes  grupos que llevaban muchos años de  ventaja en
                estos menesteres, y habían dado muestras de gran ingenio
                en los centros financieros de Amsterdam, Frankfort y Lon-
                dres, y finalmente en Nueva York.
                   El primer choque del liberalismo fue con la Iglesia Cató-
                lica. Los Papas Gregario XVI, Pio IX,  León XIII, Pío XI y Pío
                XII  lo condenaron varias veces, y tales condenas no han
                sido derogadas.
                   León XIII  dijo que bajo el concepto de libertad se pre-
                tendía "conceder al hombre una licencia sin límites";
                que se borraba "la distinción propia del bien y del mal";
                que sólo prevalecía "la opinión y juicio de cada uno" y que
                se establecía de ese modo como lícito incluso lo ilícito.
                   Pío XI  dijo -tan recientemente como el  15 de mayo de
                1931- que la economía no podía pretender completa liber-
                tad, sino someterse "a un verdadero y eficaz principio di-
                     rectivo  ...  Para ser útil a los hombres necesita de un

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