Page 166 - El Orinoco, ilustrado, y defendido, historia natural, civil, y geographica de este gran rio, y de sus caudalosas vertientes: govierno, usos, y costumbres de los Indios sus habitadores con nuevas, y utiles noticias de animales, arboles, frutos, aceytes, resinas, yervas, y raices medicinales
        P. 166
     ni EL "ORINOCO ILUSTRADO,
                                 taba impaciente por la demora : quando veis
                                  aquí, que Tale un Hermano viejo con una
                                  caña , y en ella una lu¿ para encender : aquí
                                  creció la impaciencia : ni en tres horas, de¬
                                  cían , podrá encender tantas velas. Y aquí
                                  el aiTombro! Apenas tocó una pavefa de la
                                  yéfa cercana , qtiando improvifamente ardite*
                                  ron todas , por la fympatia del preparativo
                                  fecrcto , quedando en un inflante iluminado
                                  el Templo , y aíTombrado el concurfo: promp-
                                  íitud muy parecida á la del Curare* '
                                         Dexo otras ilaciones * que hice de la a
                                  tividad del Curare para los curiofos «, y voy
                                  á otra admiración y es, que á mi vifla hi¬
                                  zo el Indio pedazos al mono ? le pufo en la
                                  olla j y le aplicó luego , y la mifma dili¬
                                  gencia hicieron los demás Indios con fus mo¬
                                  nos : mi reparo no era en que comieífen ¿e
                                  aquella carne , ni por fer de mono •, ni por
                                  fer muerta á veneno : lo que me admiraba
                                  era, que aquellos quaxarones de fangre en¬
                                  venenada , y que en si Contenía toda la aóli-
                                  vidad del veneno , también fueron á dar den^
                                  tro de las ollas , y defpues á los eftomagos
                                  de los Indios : hiceles varías preguntas fobre
                                  la ^materia , y quede tan íatisfecho de fus
                                  reipueftas , que eífe día comí de una de fus
                                  ollas cí hígado: ( que en lo fabrofo puede
                                  competir con el del mas tierno iechon , íi
                                  aquella hambre no me engañó ) y en ade¬
                                  lante , en femejantes batallas con los monos,
                                 fiempre pedia un hígado, para probar de los
                                 -¿éfpojos» El jnifmq inflaptaneo efeóio reco-.
     	
