Page 464 - pasaporte a magonia jacques vallee
P. 464
459
APÉNDICE
458 APÉNDICE
zajes, basado en alrededor de 100 casos cuidadosamente evaluados,
A) Los testigos representan la distribución válida de la pobla-
ción rural ibérica con una mezcla típica de niveles intelectuales no parece prestar ningún apoyo a la tesis de que los informes
y de grupos de edades. fueron debidos a motivaciones psicológicas o sociológicas por par-
te de los perceptores.
B) Estaban ocupados en su actividad normal (la mayoría de
ellos conducían) cuando fue llamada su atención hacia un objeto
inesperado.
C) En los casos de múltiples testigos, hemos investigado la
relación entre las personas que formaban el grupo. Hemos inten-
tado identificar alguna configuración anormal que pudiera con-
tribuir a efectos psicológicos, falsas interpretaciones, etc., que fre-
cuentemente se proponen como «explicaciones» para el objeto re-
portado (tales como «folie á deux», alucinación de masas, suges-
tión, etc.). Encontramos que los testigos de esos fenómenos de
aterrizaje estaban en buenas relaciones con parientes cercanos, co-
legas de trabajo o con gente desconocida a la hora crucial de su
observación. Este hallazgo, aunque no invalida por sí mismo una
explicación psicológica, sitúa, ciertamente, los límites de los tipos
de suposiciones que el teórico pueda emplear para formularla.
D) Parece indudable que la siguiente regla de trabajo se ha
cumplido una vez más: «Cuanto más sofisticados son los testi-
gos de un suceso OVNI, menos probable es que informen de su
observación.» La proporción de los testigos con un alto nivel inte-
lectual no es pequeña, pero la anterior ley se ha combinado con el
carácter rural de los aterrizajes y ha dado una fuerte predisposi-
ción hacia las profesiones manuales. Encontramos también que
las mujeres son menos susceptibles de reportar una observación
de aterrizaje que los hombres, y que tenemos pocos informes de
adultos de treinta a cincuenta años.
E) El hecho de que los grupos de testigos exhiban una pro-
porción casi idéntica de parientes cercanos, personas desconocidas
y colegas de profesión (respectivamente, 38 %, 36 % y 26 %), nos
indica que la observación de un suceso Tipo-I no es debida a cier-
tas configuraciones preferidas o a relaciones interpersonales en-
tre los testigos, como se podría esperar en el caso de fenómenos
de ilusión, broma y sugestión.
Sobre la base de estas estadísticas, nos parece que una expli-
cación adecuada para los fenómenos descritos por los testigos de-
bería ser ahora avistada en términos físicos. El análisis de las
edades, ocupaciones y estado social de los testigos de los aterri-