Page 10 - Mitos de los 6 millones
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de régimen, en 1919?. en el Gabinete de los Seis, que ocupó el puesto del antiguo
                        Gobierno Imperial, predominaba la influencia de los hebreos Landsberg y Haase; este
                        último se ocupaba de los Asuntos Exteriores, asistido de su correlegionario Kautsky, un
                        bohemio que un año antes ni siquiera poseía la nacionalidad alemana. El judío Schiffer
                        dirigía el Ministerio de Hacienda, con otro judío, Bernstein, como Subsecretario. El
                        Ministro de Gobernación era Preuss, y su Subsecretario, Freund. Otro judío, Fritz Max
                        Cohen era el Jefe del Servicio Oficial de Información. A director del Negociado de Colonias
                        ascendió el hebreo Meyer-Gerhard, y Kastenberg al de Letras y Artes.
                              En los gobiernos regionales la aportación judía era aún más desproporcionada con
                        relación a su importancia numérica. En el prusiano, ocupaban carteras ministeriales los
                        israelitas Hirsch, Rosenfeid, Futran (un ruso con ciudadania alemana recientemente
                        estrenada), Arndt, Simon, Wurm, Stadthagen y Cohen, este último Presidente del Consejo
                        de Obreros y Soldados. El judio Ernst era Jefe de la Policía de Berlin, mientras el mismo
                        cargo en Frankfurt y en Essen lo detentaban sus correlegionarios Sinzheimer y Lewy. En el
                        Estado de Baviera, el omnipotente Eisner, que se autonombró; residente del Estado. puso a
                        otro judío, Bretano, al frente de los Ministerios de Comercio. Industria y Tráfico. En
                        Hesse, la máxima figura politica era el hebreo Fulda, mientras en Wurtemberg ocupaban
                        relevantes cargos Haiman y Taiheimer.
                              Dos plenipotenciarios alemanes en las Conferencias de la Paz eran judíos; los
                        principales consejeros también lo eran, empezando por Rathenau y continuando con el
                        banquero Max Warburg, el Doctor von Strauss, Merton, Oscar Oppenheimer, Struck,
                        Brentano, Mendelssohn-Bartholdy y Wassermann. Según la opinión de los nacionalistas
                        alemanes, los judíos nunca hubieran alcanzado tal posición sin la Revolución Marxista que
                        se hizo estallar en el país en el momento critico de la 1 Guerra Mundial, y la Revolución,
                        en cambio, no hubiese estallado son que ellos mismos la hubiesen preparado o própiciado.
                        Según los portavoces de Judaísmo, tal acusación carecía de fundamento. Pero Mr. George
                        Pitter-Wilson, corresponsal del periódico londinense «The Globe» escribió que
                                       «... el bolchevismo significa la expropiación de todas las naciones
                                 cristianas, de manera que ningún capital permanecerá en manos cristianas y que
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                                 los judíos en conjunto ejercerán el dominio del mundo a su antojo».
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                        pueblo alemán» resultó ser un hebreo, MaximilianHarden que con su publicación «Die
                        Zukunft» hizo, durante veinte años, política en gran escala. Ningún otro político ha dado
                        pruebas de mayor versatilidad de principios. Actuando, primero, como censor moralista del
                        Imperio, dió, con sus escritos escandalosos, el golpe de gracia a la monarquía de los
                        Hohenzollern. Durante la guerra mundial, y hasta el giro copernicano dado por el Congreso.
                        Mundial Judío a su orientación política en 1917, fué el único verdadero anexionista de
                        Alemania, que exigía como premio a la victoria nada menos que toda Bélgicá, la costa
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                        francesa del Canal de la Mancha y el Congo Belga.   Luego al cambiar la política sionista,
                        este «ultra» del anexionismo prusiano, se opuso a los nacionalistas alemanes que querian
                        continuar la lucha y se convirtió en admirador declarado del Presidente Wilson. Una vez
                        firmado el Armisticio de Compiégne atacó inesperadamente la resistencia nacional contra
                        las onerosas condiciones de paz denominándolas «furia simulada y miserable harto de
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                        embustes».
                              Una parte numéricamente importante del pueblo alemán hizo, al menos,
                        parcialmente responsable a los judíos, o a una parte notable y representativa de la

                        1   George Pitter-Wilson: «The Globe», Londres, Abril de 1918.
                        2   Maximilian Harden: «Die Zukunft», Berlin, 17 de Octubre de 1914.
                        3   Maximilian Harden: «Die Zukunft» Berlin, 4 Marzo 1919.

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