Page 305 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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vuelto a ser en nuestros días, así también Nuremberg, la ciudad de las Asambleas del
Partido, deberá velar sobre un nuevo fuego sagrado: el fuego de una Olimpia alemana.
El 9 de septiembre de 1937, durante la Asamblea del Partido, tuvo lugar en Nuremberg
el acto de colocación de la piedra fundamental del Estadio alemán. Al mismo tiempo se
inauguraron los campeonatos nacionalsocialistas que se disputaron por primera vez este
año.
En contraste con el estadio olímpico de Berlín, el estadio de Nuremberg, proyectado por
el profesor Speer, presenta un trazado en forma de herradura. Así se obtiene un mejor
efecto de perspectiva y se facilita también una mejor visibilidad de las edificaciones
inmediatas. las tribunas que abren hacia la base estarán flanqueadas por dos torres de
cien metros de altura. El espacio interior tendrá una dimensión de 445 por 625 metros
con una superficie cubierta de césped de 150 por 383 metros. En el Estadio encontrarán
cabida más de 400.000 espectadores, lo que equivale a la población de una ciudad
importante. Este estadio es la obra más colosal que un pueblo haya erigido jamás para el
cultivo de su fuerza física y de su belleza.
“Que este Estadio sea un símbolo para exhortar a los hombres y mujeres alemanes de
todos los tiempos y conducirlos hacia aquella fuerza y belleza que son la expresión más
elevada y noble de una verdadera libertad.” Con estas palabras confió el Führer, a la
magnífica obra, la sacra misión de ser el campo de valentía y el templo de consagración
de una nueva y noble raza alemana.
En espera de la conclusión de esta gigantesca obra, los primeros juegos
nacionalsocialistas se desarrollaron, durante la Asamblea del Partido de 1937, en el
antiguo estadio de Nuremberg, en las piscinas y en las llamadas “pistas de baile”,
participando en ellos los miembros y equipos de las divisiones del movimiento, así
como elementos del Ejército, de la Policía y del Servicio del Trabajo.
Los campeonatos tienen un carácter especial que los distingue mucho de las prácticas
deportivas corrientes. comprenden los concursos militares, hípicos y deportivos. Los
concursos militares se componen de competiciones de equipos militares, carreras de
bicicletas, carreras de orientación por equipos, carreras de vallas, carreras en pista
cerrada, concursos de tiro al blanco por equipos y tiro de pistola por equipos. Los
campeonatos individuales comprenden: saltos, carreras, disco, jabalina, carreras de 400
metros con obstáculos, lanzamiento a distancia de granadas de mano y tiro al blanco con
fusil de pequeño calibre. Los concursos hípicos consisten en carreras a campo traviesa.
Los concursos deportivos se componen de atletismo ligero, natación, boxeo, alzamiento
de pesas, luchas greco-romanas, esgrima, juegos (pelota a mano, fútbol, deportes
acuáticos, basketball) y gimnasia.
Según una declaración del jefe de estado mayor de las Secciones de Asalto, Lutze, los
concursos militares representan algo nuevo y sin precedente, y han nacido de la idea de
una nueva educación ideológica de todo el pueblo. Por este medio y conforme con la
voluntad del Führer, las secciones de Asalto transformarán en acción su fe en el espíritu
y voluntad de defensa, y aumentarán la capacidad defensiva y la energía disciplinada
que las caracteriza. Según Lutze, es absolutamente necesario mantener el espíritu de la
defensa nacional, profundizándolo y proporcionándole nuevas miras y objetivos. El fin
de la educación nacionalsocialista es, formar una unidad entre un alma vigorosa, un
espíritu sano y un cuerpo entrenado. Es cierto que el deporte se ha practicado también
en tiempos anteriores, pero sólo por el único placer de hacer deporte o por el afán de
establecer récords. El nacionalsocialismo exige la práctica del deporte y los ejercicios
físicos en todas las esferas sociales. Con ello no se pretenden eliminar las luchas por
campeonatos y récords, pero la cultura física debe aumentar el standard deportivo
general del pueblo entero. Conforme a las indicaciones del Führer, el deporte militar
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