Page 71 - Egipto TOMO 2
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RESURRECCION DEL EGIPTO ANTIGUO
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creencia, no sólo no tienen inconveniente, sino que se hallan más que dispuestos á aceptar
sus diferentes preocupaciones y aún sus prácticas supersticiosas. Ello es que los egipcios
modernos, al modo que puede observarse en los antiguos, se \alen de fói muías mágicas,
en las cuales puede descubrirse muy marcado sabor religioso contra las enfermedades del
cuerpo y del espíritu; de conjuros para neutralizar el poder del enemigo; de encantos y
hacerse invulnerables contra las armas blancas
sortilegios para ganarse el afecto y el amor y
y de fuego. Hoy es v se refiere como cosa averiguada que el gran general Ibrahim-bajá.
padre del jetife Ismail, debió el haber escapado incólume de las batallas más sangrientas á la
circunstancia de poseer un precioso talismán; y el crédulo Lañe refiere maravillas del Espejo
de tinta. Consiste éste en un pedazo de papel que tiene una mancha de tinta en medio de las
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cifras de la numeración dispuestas del modo que á continuación puede verse: 3 5 7 en él un
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muchacho adiestrado por un mago, puede ver todo cuanto su maestro hace aparecer sobre la
negra superficie de la mancha. El inglés, según él mismo nos refiere, solicitó que el
muchacho viera al almirante Nelson, del cual de seguro no habia oido hablar en los dias de
su vida. El rapaz echó una mirada sobre la mancha de tinta, y dijo sin pestañear: «Distingo
»un buque, y en él un hombre que viste un traje europeo, negro, y que no tiene el brazo
»izquierdo.» Calló después de haber pronunciado tales palabras, miró con mayor insistencia
la negra superficie de la mancha y continuó: «No, no es que le falte el brazo izquierdo, lo
»tiene doblado sobre el pecho.» — Semejante rectificación, añade Lañe, comunica á su
» descripción mayor exactitud; puesto que Nelson acostumbraba llevar unida al pecho la
» manga vacía de su uniforme: el que le faltaba era el brazo derecho .» Semejantes maravillas
y otras del propio jaez permiten formar idea de la destreza de los que las ejecutan. Gentes
hay habilísimas en el arte de la adivinación , que saben halagar el deseo innato en el hombre,
y más si éste es oriental, de penetrar en los arcanos de lo porvenir. Para ello se emplea la
quiromancia que se practica escudriñando la huella impresa por la palma de la mano en una
pella de la masa con que se elabora el pan. Con preferencia á los recursos de la medicina
empléanse los auxilios de la mágica en las enfermedades, y hasta en los casos más graves se
acude á pedazos de papel en los cuales se han escrito versículos del Coran, antes de solicitar
los conocimientos del médico. En cuanto á los antiguos egipcios, que se consagraron con
ardor al estudio de la medicina, creían que los conjuros aumentaban la eficacia de los
medicamentos. El papiro Ebers, consistente en un antiquísimo manual de medicina, al lado
de muchos y variados remedios contiene las fórmulas de conjuro que al emplearlos debían
pronunciarse, y por consiguiente, por medio del estudio del mismo, y no obstante las prác-
ticas supersticiosas que encierra, puede venirse en conocimiento de la doctrina científica
de su autor.
Tampoco se llegaron á extinguir en los sucesores de los antiguos egipcios las prácticas
referentes á la alquimia y á la astrología judiciaria: lejos de ello hacíase enseñanza y
profesión de ellas en la época en la cual el Cairo, gracias á la célebre universidad establecida