Page 65 - I. Origen de los indios de Amrica. II.Origen y civilization de los indgenas del Peru
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disculpe cualquiera deficiencia que notare en este trabajo,
en gracia del propósito que nos anima.
Habríamos podido darle mayor extensión de la que tie-
ne, contemplando la importancia de este asunto; pero una
obra en estas condiciones, aunque de mucha utilidad é inte-
rés científico, sería leída tan sólo por hombres consagrados
al estudio, no por la generalidad, y no habría llenado el
propósito que tenemos en mira, cual es, que nuestra obra
sea leída por un público extenso.
Escritores españoles (1) han tratado ya este asunto con
más amplitud que nosotros y, más tarde, vendrán otros
que llenen el vacío que hemos dejado, llevando más adelan-
te sus investigaciones sobre materia de tanta entraña
que ahora imperfectamente diseñamos.
Por último, debemos confesar ingenuamente, que no te-
nemos la pretensión de titularnos etnogenítico, ni paleontó-
grafo, ni etnógrafo, ni arquólogo, sino simplemente nos
consideramos como un humilde factor para la formación de
(1) Los autores españoles que han escrito extensamente sobre la ma-
teria á que nos contraemos, son: el dominico Fr, Gregorio García y el Oidor
de la Real Audiencia de Lima Dr, D, Diego Andrés Rocha. El primero tituló
su obra «Origen de los Indios del Nuevo Mundo é Indias Occidentales, ave-
riguado en discursos de opiniones,» impresa en Valencia, en 1607. La obra
del segundo se intitula « Tratado único y singular del .origen de los Indios
Occidentales del Perú, México, Santafé y Chile,» impresa en Lima, en 1681.
Ambas obras, á nuestro humilde juicio, no llenan del todo el objeto que se
propusieron sus autores. La del P. García está escrita en estilo antiguo y
es un hacinamiento de apreciaciones confusas y sin hilación alguna. El Dr-
Rocha se empeña en probar que los indios americanos descienden de la raza
ibérica del tiempo de Osiris, Tubal, Héspero y otros reyes, cuyos subditos,
dice, fueron los primeros habitantes del Continente americano. Cerca de
dos y media centurias han trascurrido hasta la fecha, en cuyo lapso de
tiempo algunos escritores se han ocupado incidentalmente de este tópico;
])er<> ninguno lo ha hecho con extensión: por eso nos hemos decidido ¿I em-
prender esa ardua tarea, bajo un plan muy distinto de aquel que siguieron
el P. García y el Dr. Rocha, como podrán obser^'ar los lectores.