Page 190 - Cómo no escribir una novela
P. 190
camisa. Para mayor ridículo caminaba patizambo, a la manera de un
palomo. Y a todo esto, ponía una boba cara de ilusión.
—Hola, Mimí. ¿Puedo ver al jefe? —preguntó Jimmy.
Pero antes de que la secretaria pudiera responderle, Jimmy tropezó con
un cordón desatado de su zapato, cayendo hacia delante y agitando los
brazos como un loco. Primero chocó con un paragüero, con lo que los
paraguas salieron volando por los aires. Algunos se abrieron a mitad del
vuelo. Apartando los paraguas de su cara, se cayó de culo y también se
golpeó con un recio pisapapeles de la mesa, que cayó dolorosamente en sus
testículos. Finalmente logró ponerse precariamente de pie, sólo para
resbalar con un paraguas y caer de golpe en el regazo de la secretaria.
Los chistes visuales no funcionan en las novelas, por la sencilla razón de que nadie ve
las imágenes. El humor de tipo físico puede funcionar ocasionalmente pero por lo
general eso se debe a cómo se describe la escena. Si piensas que no sabrás hacer una
descripción ingeniosa, no trates de reemplazarla con escenas de caídas tontas y
pastelazos.
Evita también
Los chistes de pedos
O los chistes sobre váteres que se desbordan, sobre los mocos que cuelgan
de la nariz o cualquier cosa parecida (véase El grano en el culo).
Los chistes sobre el tamaño
Nos referimos a esos en que una mujer tiene unos pechos muy grandes o un
hombre tiene también una parte del cuerpo muy grande, o muy pequeña. A
pesar de que se pueden hacer muy buenos chistes con estos elementos —y
con cualquier otro—, su sola mención no hace que, automáticamente, el
chiste tenga que ser bueno. No lo es.
Esa señora tan gorda
De hecho, te recomendamos vivamente que evites las bromas que
pretendan ridiculizar a una persona por su peso, su fealdad u otras
características físicas que se aparten de la media. Eso es poco generoso y