Page 20 - Cómo no escribir una novela
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mecer a un niño sobre las rodillas debe restringirse a los padres, como mucho a
los tíos. Si tu personaje tiene algo que ver con alguna religión, si es un obispo, un
sacerdote o un amable viejecito que ayuda en la iglesia con un peculiar brillo en la
mirada, no deben acercarse a un niño ni siquiera para salvarlo del interior de un
edificio en llamas.
Cariño, vamos a necesitar un armario más grande. Si unos amigos se abrazan,
brindan por su amistad y luego caen borrachos a dormirla en un camarote de una
sola cama, debes saber que el lector ya lo ha pillado: esos dos son homosexuales
encubiertos, y nada de lo que digas después va a hacerle cambiar de idea. Si no
pretendes que sean gays que lo llevan en secreto, deja que Alan duerma en el sofá.
Una pista falsa en la repisa
Una pista falsa colocada inteligentemente es como una carta que te sacas
de la manga y que hace que el lector se fije en ella mientras tú te ocupas de
hacer otra cosa que sorprenderá en el momento exacto en que decidas
revelar la verdad.
El chicle de la repisa, ese elemento involuntario que despista al lector,
a veces puede convertirse en una pista falsa intencionada y trabajar a favor
de la novela y no contra ella. Si tu novela tiene poca chicha porque apenas
pasa nada (véase Monogamia), añadir una buena pista falsa puede darle a
la trama cierta profundidad e interés. Juntando elementos y creando una
buena interrelación entre ellos, puedes convertir un chicle en la repisa en
una pieza de interés.
Una pista falsa clásica es ese personaje que parece el principal
sospechoso en una trama tipo quién-lo-hizo (ese gigoló todo sonrisas de
carácter temperamental, la perversa condesa) que se va haciendo más y
más sospechoso por momentos —hasta la última escena, cuando se
desvela que el culpable era cualquier otro—. Un ejemplo ya tradicional de
esta estrategia es el seductor profesional del que la heroína está
enamorada a lo largo de 200 páginas, o al menos así lo cree ella.
Asegúrate siempre de que tu pista falsa sea una parte integral de la
historia. Cada vez que te saques esa carta de la manga cada movimiento
debe parecer natural. Así que el sospechoso de asesinato debe ser un
personaje plenamente integrado en el mundo de tu novela: por lo general