Page 50 - Cómo no escribir una novela
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Si  quieres  decirnos  algo  sobre  un  personaje,  cuéntanos  algo  que  no  demos  por
          sentado por nuestro conocimiento de las características comunes de hombres y mujeres.
          Haz  hincapié  en  lo  específico  de  tu  personaje.  Raras  veces  se  rechaza  una  novela

          porque los personajes estén muy bien descritos. Trata de concentrarte en los hechos y
          atributos  que  son  específicos  de  tu  personaje,  y  si  éste  es  realmente  un  ciudadano
          común,  describe  sus  rasgos  de  forma  que  se  realce  lo  específico,  de  un  modo  que

          sugiera su personalidad («Marianne no soportaba que, a causa de su altura, siempre
          sobresaliese»).







                                                                                           ¿De qué color soy?
                                                                    Cuando el personaje se mira al espejo

                                                                                           para saber cómo es


               Melinda se detuvo a mirarse al espejo. Una muchacha bonita de cara y con
               un  cuerpo  bien  proporcionado  se  reflejaba  en  él.  Tenía  unos  pechos  ni

               grandes ni pequeños que se erguían orgullosamente bajo su body. Se atusó
               alegremente su cabello de color platino y decidió que Joe sería idiota si la
               dejaba escapar.



          El lector quiere saber qué aspecto tienen tus personajes. Pero ¿cómo puede un autor

          suministrar  la  información  sobre  la  estatura,  el  peso  y  el  color  de  la  piel  de  un
          personaje? Muy fácil, ¡Basta con que éste se mire en el espejo!
               Por desgracia, esto sólo es una convención de la peor literatura que da la siguiente

          impresión: «Mirándose al espejo, Joe vio a un hombre alto, de pelo castaño, atrapado
          en una novela condenadamente mal escrita».

               Cuando un lector se encuentra con un espejo, lo que ve no es el color del pelo ni el
          tamaño de sus pechos. Lo que ve es ese mechón fuera de sitio, la camisa mal abotonada,
          el lápiz de labios corrido. La gente no percibe lo que ve todos los días, ve lo que es
          diferente. Lo de todos los días se lo salta.

               Hacer que un personaje piense sobre su físico no es tan difícil. Cualquier encuentro
          con alguien del sexo opuesto es una buena ocasión para que un personaje reflexione —

          inteligentemente— sobre su aspecto. En el mejor de los casos el espejo es un desvío
          innecesario porque el personaje que has plantado delante ya sabe de sobra cómo es
          físicamente.  Puede  transmitir  esa  información  al  lector  sin  necesidad  de  ir  al  baño,

          incluso desde un cómodo sofá. Un problema vinculado con éste es:
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