Page 40 - LIBRO VITAMINA C
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2. Infecciones Virales

            virus. Holden en el Herpes virus, Amato en la rabia y Martin en el virus
            de la enfermedad en mosaico de tabaco. Así, antes de la segunda guerra
            mundial se estableció que el ácido ascórbico tenia el potencial de ser un
            agente antiviral de amplio espectro. Jungeblut continúo sus
            investigaciones y publicó artículos en 1939 en los cuales demostraba
            que la administración de ácido ascórbico infectados con poliomielitis
            producía una reducción en la severidad de la enfermedad. Sabin, intentó
            reproducir los experimentos de Jungeblut en los monos, y no obtuvo
            similares resultados lo cual generó  una amplia controversia. Analizando
            hoy en día de manera retrospectiva ambos protocolos empleados,
            comprendemos que la cantidad y las frecuencias en las dosis utilizadas
            por Sabin fueron insuficientes para mantener altos niveles de ácido
            ascórbico en la sangre durante la incubación de la enfermedad. El
            resultado influyo negativamente para la ciencia y se cancelaron las
            investigaciones de la efectividad de la vitamina C en el polio durante
            una década.

               En 1949, apareció un nuevo artículo reviviendo la eficacia del
            tratamiento del ácido ascórbico en la poliomielitis. El medico
            norteamericano Frederick Klenner había logrado tantos resultados
            positivos con el ácido ascórbico inyectable en megadosis que ignoró la
            incertidumbre generada por Sabin. Klenner confirmó una vez mas que
            el secreto en el éxito estaba en las dosis masivas que el empleaba. Intentó
            compartir su conocimiento con la dudosa profesión médica. En su
            artículo de 1952, Klenner  extensamente discutió su tratamiento de la
            polio con el ácido ascórbico y criticó a Jungeblut y a Sabin bajo la
            premisa de que sus resultados no fueron los adecuados porque no se
            utilizaron las dosis adecuadas para el grado de infección que estaban
            tratando. Si Jungeblut no hubiera sido desanimado por Sabin, mucho
            tiempo atrás se hubiera sabido la eficacia de la vitamina C sobre muchas
            enfermedades virales.


               Klenner sugirió que la dosis optima para este tipo de enfermedades,
            calculadas para un adulto de 70 kilos, era de 4.5 a 17.5 grs. de ácido
            ascórbico cada 2 horas de manera permanente hasta completar 210 grs.
            en un mismo día.  Estas dosis jamás antes utilizadas, no solo lo
            consagraron como el pionero de las megadosis de ascorbato para
            múltiples afecciones, sino que quedaron demostradas las eficacias de la
            vitamina C como agente viral y su inocuidad. Si se mantienen altos
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