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REDACCIÓN DE TEXTOS







               La preposición a desempeña un papel destacado en el acusativo personal, llamado así porque el
            complemento directo, cuando es persona o cosa personificada, va precedi-do de esta preposición. Así,
            en español decimos:


               Veo A Pedro, quiero A Luisa, amo A María y no


               Veo Pedro, quiero Luisa, amo María.


               Y también decimos:


               Quiero A mi perro, que no es lo mismo que


               Quiero mi perro.


               Característico de nuestro idioma es la diferencia entre a con sentido de movimiento, de dirección,
            y en con valor estático, no dinámico: Voy A Madrid. Estoy EN Madrid.


            Usos  incorrectos  de A.  Son  usos  incorrectos  muy  frecuentes  de la preposición A:


               — Los galicismos “cocina a gas”, en vez de “cocina de gas”;  “vestido a rayas”, en lugar de “vestido
            de rayas”, aunque actualmente se aceptan en “avión a reacción” y “olla a presión”.


               — Especial atención merece la construcción en que la preposición  va detrás de un sustantivo y
            delante de un infinitivo (tareas A realizar; cuestiones A discutir; problema A resolver). Se trata de un
            galicismo sintáctico, tan difundido hoy que puede decirse ha adquirido ya carta de naturaleza.


               El éxito de esta construcción se debe, sin duda, a su brevedad, frente a la relativa pesadez de sus
            equivalentes castizas (tarea que hay que realizar; cuestiones que hay que discutir; problema que hay
            que resolver, o que ha de realizarse, discutirse, resolverse).


               No obstante, creemos que es preferible escribir “criterio que se ha de adoptar” en vez de “criterio a
            adoptar”. La ley del mínimo esfuerzo o la economía del lenguaje no hay que llevarlas tan “a rajatabla”.


               — “Desprecio A la ley” en vez de “desprecio POR la ley”; “timbre A metálico” por “timbre EN
            metálico”;  “dolor A los oídos” por “dolor DE oídos”; “A la mayor brevedad” por “CON la mayor breve-
            dad”; “noventa kilómetros A la hora” por “noventa kilómetros POR hora”.


               — En cuanto a la frase prepositiva “a por” (ir a por agua), tan extendida en España, aunque no
            sea expresión muy académica ni se emplee en Hispanoamérica, es más expresiva que el simple “por”
            y resulta muy útil para evitar ambigüedades. Así, “ir a por agua” parece que indica más que “ir por
            agua”, ya que sin la preposición a parece que solo indica el fin de la acción, mientras que la locución
            prepositiva a por expresa también el movimiento, el trayecto, el desplazamiento; o “Fue a por la niña”
            sólo significa “Fue a buscar a la niña”, mientras que “Fue por la niña” puede tener el mismo significado
            o cualquiera de los siguientes: “Fue en lugar de la niña” o “Fue porque se lo pidió la niña”.

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