Page 140 - La sangre manda
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8-9 de diciembre de 2020
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Pineborough es una comunidad situada no muy lejos de Pittsburgh. Si bien las
tierras de labranza ocupan la mayor parte del oeste de Pennsylvania,
Pineborough cuenta con un próspero centro urbano y poco menos de cuarenta
mil habitantes. Al entrar en el término municipal, se pasa por delante de una
gigantesca creación en bronce de dudoso mérito cultural (aunque a los
vecinos, por lo visto, les gusta). Según el cartel, es ¡LA PIÑA MÁS
GRANDE DEL MUNDO! Al lado hay una zona de descanso para aquellos
que quieren hacer un picnic y tomar fotografías. Son muchos los que paran
allí, y algunos colocan a sus hijos pequeños en las escamas de la piña. (Un
letrero advierte: «Se ruega no subir a niños de más de 20 kilos a la piña»).
Hoy hace demasiado frío para picnics, han retirado los aseos portátiles hasta
que pase el invierno, y la creación en bronce de dudoso mérito cultural está
decorada con luces de Navidad que brillan de forma intermitente.
No muy lejos de la piña gigante, cerca de donde el primer semáforo señala
el principio del centro urbano de Pineborough, se encuentra la escuela de
secundaria Albert Macready, donde casi quinientos alumnos cursan séptimo,
octavo y noveno; aquí no hay huelga de profesores.
A las diez menos cuarto del 8 de diciembre, una furgoneta de reparto de
Pennsy Speed Delivery para en el camino circular de acceso al colegio. El
repartidor sale y se queda un par de minutos delante del vehículo consultando
un sujetapapeles. Después se reacomoda las gafas sobre el caballete de la
estrecha nariz, se acaricia el pequeño bigote y va a la parte de atrás de la
furgoneta. Revuelve y extrae un paquete cúbico de alrededor de un metro de
lado. Lo transporta con relativa facilidad, así que no puede pesar mucho.
En la puerta se lee la advertencia: TODO AQUEL QUE VISITE LA
ESCUELA DEBE ANUNCIARSE Y RECIBIR AUTORIZACIÓN. El
repartidor pulsa el botón del intercomunicador situado bajo el letrero, y la
señora Keller, la secretaria del colegio, le pregunta en qué puede ayudarlo.
—Traigo un paquete para algo llamado… —Se inclina para examinar la
etiqueta—. ¡Caray! Parece latín. Es para la Sociedad Nemo… Nemo
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