Page 177 - La sangre manda
P. 177
Suena el teléfono. Lo ha dejado en el dormitorio, así que contesta desde el
ordenador de sobremesa, un interesante complemento que Jerome añadió en
una de sus visitas.
—¿Ya estás de camino? —pregunta Pete.
—¿Adónde? —pregunta Holly, sinceramente desconcertada. Tiene la
sensación de que acaban de arrancarla de un sueño.
—Toomey Ford —aclara él—. ¿De verdad lo has olvidado? No es propio
de ti, Holly.
Puede que no lo sea, pero se le ha olvidado. Tom Toomey, dueño de un
concesionario, tiene la casi total certeza de que uno de sus vendedores —Dick
Ellis, un verdadero hacha en lo suyo— ha estado manipulando las cuentas a
su favor, posiblemente para mantener a una querida con la que se ve a
escondidas, posiblemente para costear una adicción. («Se sorbe mucho la
nariz —dijo Toomey—. Asegura que es por el aire acondicionado. ¿En
diciembre? Vamos, hombre»). Hoy es el día libre de Dick Ellis, lo que
proporciona a Holly una excelente oportunidad para hacer cuentas, alguna que
otra comparación, y ver si algo no cuadra.
Podría darle alguna excusa a Pete, pero la excusa sería una mentira, y ella
no miente. A menos que sea absolutamente necesario, claro.
—Sí, me había olvidado. Lo siento.
—¿Quieres que vaya yo?
—No. —Si la contabilidad confirma las sospechas de Toomey, Pete
tendrá que ir más tarde a enfrentarse con Ellis. Como expolicía que es, a él
eso se le da bien. A Holly, no tanto—. Dile al señor Toomey que me reuniré
con él a la hora del almuerzo, donde él quiera, y que Finders pagará la cuenta.
—De acuerdo, pero elegirá algún sitio caro. —Un silencio—. Holly, ¿vas
detrás de algo?
¿Es así? ¿Y por qué ha pensado ella enseguida en Ralph Anderson? ¿Hay
algo que se niega a admitir?
—¿Holly? ¿Sigues ahí?
—Sí —contesta—. Aquí estoy. Es solo que se me han pegado las sábanas.
Helo ahí. Al final ha mentido.
2
Holly se da una ducha rápida y se pone uno de sus discretos trajes formales.
No puede quitarse a Chet Ondowsky de la cabeza. Se le ocurre que podría
encontrar respuesta a la principal pregunta que la inquieta, así que vuelve al
Página 177