Page 213 - La sangre manda
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Lo buscamos en todas las tragedias, en todos los asesinatos en masa. ¿Verdad,
Brad?
—Sí —contesta su nieto—. No siempre está. No se lo vio en Sandy Hook,
ni en Las Vegas cuando Stephen Paddock mató a aquella gente en un
concierto, pero trabajaba en la WFTC de Orlando en 2016. Entrevistó a los
supervivientes de la matanza de la discoteca Pulse al día siguiente. Siempre
elige a los más alterados, aquellos que estaban cerca o han perdido amigos.
Por supuesto, piensa Holly. Por supuesto. Su dolor es apetecible.
—Pero no supimos que había estado en el club nocturno hasta después del
atentado en el colegio de la semana pasada —explica Brad—. ¿Verdad,
abuelo?
—Así es —admite Dan—. A pesar de que, como parte de nuestra rutina,
comprobamos todas las imágenes de los noticiarios sobre Pulse después del
suceso.
—¿Cómo es que se os pasó? —pregunta Holly—. ¡Lo de Pulse ocurrió
hace cuatro años! Has dicho que nunca olvidas una cara, y para entonces ya
conocías la de Ondowsky; incluso con cambios es siempre la misma, una cara
de cerdo.
Los dos la miran con idéntica expresión ceñuda, así que Holly reproduce
lo que Bill le explicó: la mayoría de la gente tiene cara de cerdo o cara de
zorro. En todas las versiones que ha visto aquí, la cara de Ondowsky es
redonda. A veces un poco, a veces mucho, pero siempre es una cara de cerdo.
Brad sigue perplejo, pero su abuelo sonríe.
—Eso está bien. Me gusta. Aunque hay excepciones, algunas personas
tienen…
—Cara de caballo —completa Holly por él.
—Eso iba a decir. Y algunas personas tienen cara de comadreja, aunque
supongo que podría decirse que las comadrejas tienen cierto aire de zorro,
¿no? Desde luego Philip Hannigan… —Se le apaga la voz—. Sí. Y en esa
manifestación, seguro que siempre tiene cara de zorro.
—No te entiendo.
—Pero ya lo entenderás —afirma Dan—. Enséñale el vídeo de Pulse,
Brad.
Brad inicia el vídeo y vuelve el iPad hacia Holly. Una vez más, aparece
un periodista dando una noticia, ahora delante de una gran cantidad de flores
y globos con forma de corazón y letreros en los que se leen cosas como MÁS
AMOR Y MENOS ODIO. El periodista empieza a entrevistar a un chico
sollozante con restos de suciedad o rímel corriéndole por las mejillas. Holly
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