Page 126 - En nombre del amor
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NICHOLAS SPARKS En Nombre del Amor
—Cómo me gusta oírte hablar así —confesó Gabby—. No hay mucha gente que opine del mismo modo.
—Amo este pueblo.
—No me refería a eso —apostilló ella, sonriendo—. Me refería a cómo quieres criar a tus hijos. Parece que le has dado muchas vueltas al asunto.
—Es cierto —admitió él.
—No sé cómo lo haces, pero siempre logras sorprenderme.
—Pues la verdad es que no soy consciente de hacer nada. ¿De veras te sorprendo?
—Sí. Cuanto más te conozco, más íntegro me pareces.
—Lo mismo digo —respondió él—. Quizá por eso nos compenetramos tanto.
Gabby lo miró fijamente, sintiendo que nuevamente incrementaba la tensión entre ellos. —¿Todavía no tienes hambre?
El tragó saliva, esperando que Gabby no se diera cuenta de lo que sentía por ella.
—Sí, ahora sí—contestó con un tono de animación forzada.
Cogieron las copas de vino y regresaron a la cocina. Gabby hizo una señal a Travis para que se sentara mientras ella preparaba la mesa y, al observarla moverse alrededor de la cocina, se sintió invadido por una sensación de bienestar.
Durante la cena, Travis se comió dos trozos de pollo, saboreó las judías verdes y la pasta, y no dejó de ensalzar a Gabby de una forma exagerada por sus dotes culinarias, hasta que ella se rió incómoda y le pidió que parase. No cesó de interrogarla sobre su infancia en Savannah, y al final ella accedió a contarle un par de anécdotas que consiguieron arrancarle unas sonoras carcajadas. Poco a poco, el cielo se volvió gris, azul y finalmente negro. Las velas conferían una luz tenue, y se sirvieron el resto del vino en las copas, ambos plenamente conscientes de que se hallaban sentados delante de una persona que podría cambiar el cauce de sus vidas para siempre si no iban con cuidado.
Después de la cena, Travis ayudó a Gabby a despejar la mesa, y a continuación se sentaron en el sofá, acunando sus copas de vino al tiempo que seguían compartiendo anécdotas de su pasado. Gabby intentó imaginar a Travis de chiquillo, preguntándose también qué habría opinado de él si se hubieran conocido en el instituto o en la universidad.
Mientras el tiempo transcurría plácidamente, Travis se fue arrimando más a ella, hasta que al final la rodeó con un brazo por encima del hombro. Gabby inclinó la cabeza hacia él, sintiéndose cómoda con ese contacto, y observó satisfecha el juego de la luz plateada de la luna que se filtraba a través de las nubes.
—¿En qué piensas? —le preguntó Travis al cabo de un rato, rompiendo un silencio particularmente largo, aunque grato.
—Estaba pensando en que este fin de semana ha pasado de una forma natural. —Gabby lo miró a los ojos—. Es como si nos conociéramos de toda la vida.
—Supongo que eso significa que un par de mis anécdotas eran aburridas, ¿no? —No te infravalores —bromeó ella—. Muchas de tus anécdotas eran aburridas.
Escaneado por PRETENDER – Corregido por Isabel Luna Página 126


































































































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