Page 150 - En nombre del amor
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NICHOLAS SPARKS En Nombre del Amor
lágrimas en el lugar que Gabby debería haber ocupado. Y las primeras palabras que salían por su boca siempre eran las mismas:
—Lo siento, amor mío.
La decisión que Travis tenía que adoptar partía de dos cosas que habían pasado antes. El primer suceso estaba relacionado con una pareja: Kenneth y Eleanor Baker. El segundo, con el accidente en sí, que había sucedido una noche ventosa y lluviosa doce semanas antes.
Era fácil relatar el accidente, similar a numerosos accidentes en que una serie de errores aislados que parecían inconsecuentes habían confluido y explotado de la forma más horrible que uno pudiera imaginar. A mitad de noviembre, habían ido al RBC Center en Raleigh para ver a David Copperfield actuar en directo. Solían ir a ver uno o dos espectáculos al año, aunque sólo fuera una excusa para salir juntos una noche, solos. Normalmente antes iban a cenar, pero aquella noche no fue así. A Travis se le había hecho tarde en la clínica, salieron tarde de Beaufort, y cuando aparcaron el coche, sólo faltaban unos minutos para que empezara la función. Con tantas prisas, Travis se había olvidado del paraguas, a pesar de los nubarrones y del viento que cada vez arreciaba con más fuerza. Ese fue el error número uno.
Vieron el espectáculo y lo disfrutaron, pero el tiempo había empeorado notablemente cuando salieron del recinto. Llovía a cántaros y Travis recordaba que se había quedado de pie al lado de Gabby preguntándose por la mejor manera de llegar hasta el coche. Por casualidad se encontraron a unos amigos que también habían visto el espectáculo, y Jeff le ofreció a Travis acompañarlo hasta el coche para evitar que se quedara empapado. Pero Travis no quería molestarlo y rechazó la sugerencia de Jeff. En vez de eso, atravesó corriendo la cortina de lluvia de camino hacia el coche, pisando inevitablemente charcos que le cubrían hasta el tobillo. Estaba empapado hasta los huesos cuando se metió dentro del auto, especialmente los pies. Ése fue el error número dos.
Ya que se había hecho tarde, y puesto que los dos tenían que trabajar a la mañana siguiente, Travis condujo rápido a pesar del viento y de la lluvia, intentando ahorrarse unos pocos minutos en un trayecto que normalmente duraba dos horas y media. A pesar de que le costaba ver a través del parabrisas, no se movió del carril de aceleración, excediendo el límite de velocidad, adelantando como si estuviera en una carrera de coches, con unos conductores que se mostraban más cautos con los posibles peligros derivados del mal tiempo. Ése fue el error número tres. Gabby le pidió repetidamente que aminorase la marcha; más de una vez, él hizo lo que le pedía, pero tan pronto como podía volvía a acelerar. Cuando llegaron a Goldsboro, todavía a una hora y media de casa, ella estaba tan enfadada que dejó de dirigirle la palabra. Apoyó la cabeza en el respaldo y entornó los ojos, negándose a hablar, frustrada por el comportamiento temerario de Travis. Ese fue el error número cuatro.
El accidente sucedió a continuación y podría haberlo evitado si no hubiera cometido ninguno de los otros errores. Si él hubiera llevado un paraguas o si hubiera ido con su amigo hasta el coche, no habría tenido que correr bajo la lluvia. Sus pies estarían secos. Si hubiera conducido más despacio, quizá podría haber controlado el coche. Si hubiera respetado los deseos de Gabby, no se habrían peleado, y ella habría estado atenta a la carretera y habría visto lo que él pretendía hacer y lo habría detenido antes de que fuera demasiado tarde.
Cerca de Newport hay una curva amplia y de fácil acceso en la intersección de la autovía con una señal de «stop». En ese punto del trayecto —a menos de veinte minutos de casa—, Travis
Escaneado por PRETENDER – Corregido por Isabel Luna Página 150


































































































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