Page 171 - En nombre del amor
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CAPÍTULO 21 CAPÍTULO 21
Hacía menos de dos años que Gabby había visto a Kenneth Baker por casualidad en uno de aquellos atardeceres de verano por los que Beaufort era célebre. Con música en vivo y docenas de barcas amarradas en el muelle en una noche de verano, a Travis le había parecido el momento perfecto para llevar a Gabby y a las niñas a la zona comercial para tomar un helado. Mientras estaban haciendo cola con las niñas, Gabby mencionó sin darle demasiada importancia que había visto una bonita litografía en una de las galerías de arte por las que habían pasado. Travis sonrió. Por entonces, ya se había acostumbrado a las indirectas que ella le lanzaba.
—¿Por qué no la compras? —sugirió él—. Yo me quedaré aquí con las niñas. Anda, ve.
Ella tardó en regresar más de lo que él había esperado, y cuando lo hizo, su expresión mostraba cierto malestar. Más tarde, cuando regresaron a casa y las niñas ya estuvieron acostadas, Gabby se sentó en el sofá, visiblemente preocupada.
—¿Estás bien? —le preguntó él.
Gabby se movió inquieta en el sofá.
—He visto a Kennet Baker mientras os estabais tomando el helado —admitió.
—¿Ah, sí? ¿Cómo está?
Ella suspiró.
—¿Te das cuenta de que su esposa lleva seis años en estado de coma? ¡Seis años! ¿Puedes imaginar lo que eso debe suponer para él?
—No, no puedo —contestó Travis.
—Ha envejecido muchísimo.
—Estoy seguro de que yo también envejecería. Ese hombre está pasando un calvario. Ella asintió, con la expresión todavía angustiada.
—Pero además está como amargado. Como resentido con ella. Dice que sólo la va a visitar de vez en cuando. Y sus hijos... —Absorta en sus pensamientos, Gabby pareció perder el hilo de la frase.
Travis la miró fijamente.
—¿Por qué te obsesiona tanto esa cuestión?
—¿Tú vendrías a verme? ¿Si me pasara algo parecido?
Por primera vez, él sintió un escalofrío de miedo recorrerle todo el cuerpo, a pesar de que no sabía el porqué.
—Por supuesto.
La expresión de Gabby era muy triste.
—Pero después de un tiempo ya no irías a verme con tanta frecuencia.
—No digas eso. Iría cada día.
—Ya, pero con el tiempo, te sentirías resentido conmigo.
—No, eso nunca.
—Kenneth está resentido con Eleanor.
—Yo no soy Kenneth. —Sacudió la cabeza—. ¿Por qué estamos hablando de este tema?
NICHOLAS SPARKS En Nombre del Amor
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