Page 29 - En nombre del amor
P. 29
—¿Así que no piensa recetarle ningún antibiótico?
—No, no lo necesita. No tiene mucosidad en los oídos, ni en la nariz ni en la garganta, y no he detectado ningún síntoma de bronquitis en los pulmones. No tiene fiebre y su aspecto es saludable.
George, que acababa de cumplir dos años, no paraba de moverse en la falda de Eva, intentando zafarse de ella, con una energía desbordante. Eva lo sujetó con más fuerza.
—Bueno, ya que el doctor Furman no está, quizá pueda examinarlo el doctor Melton. Estoy completamente segura de que mi hijo necesita un antibiótico. A la mitad de los niños en la guardería los están medicando con antibióticos; seguro que se trata de una enfermedad infecciosa.
Gabby fingió escribir algo en la ficha. Esa mujer siempre quería que le recetaran un antibiótico a George. Eva Bronson era una adicta a los antibióticos, si es que existía tal cosa.
—Si le sube mucho la fiebre, venga otra vez y lo examinaré de nuevo.
—No quiero «volver otra vez». Por eso he venido «hoy». Creo que lo mejor será que lo vea un «médico».
Gabby se esforzó por no perder los estribos.
—Muy bien. Veré si el doctor Melton puede hacer un hueco en su apretada agenda y ver a George.
Cuando hubo abandonado la salita, Gabby se detuvo en el pasillo, consciente de que antes tenía que prepararse. No quería hablar otra vez con el doctor Melton; había hecho todo lo posible por evitarlo durante toda la mañana. Tan pronto como el doctor Fulman se marchó al hospital para intervenir en una cesárea de emergencia en el Hospital General Carteret de Morehead City, el doctor Melton empezó a revolotear cerca de ella, lo bastante cerca como para que Gabby se diera cuenta de que acababa de realizar gárgaras con un enjuague bucal.
—Supongo que estaremos solos el resto de la mañana —le había dicho él.
—Quizá no haya demasiado trabajo —había contestado Gabby con un tono neutral. No estaba lista para encararse a él; no se atrevía a hacerlo si el doctor Furman no estaba cerca.
—Siempre hay muchos pacientes, los lunes. Esperemos que no tengamos que trabajar hasta la hora de comer.
—Esperemos —repitió ella.
El doctor Melton había cogido un historial médico junto a la puerta de la consulta al otro lado del pasillo. Lo repasó rápidamente, y justo cuando Gabby se disponía a marcharse, oyó de nuevo su ronca voz:
—Y hablando de comer, ¿has probado alguna vez los tacos de pescado?
Gabby pestañeó inquieta.
—¿Cómo?
—Conozco un lugar extraordinario en Morehead, cerca de la playa. Podríamos pasarnos por allí y, de paso, traer más tacos para el resto del personal.
A pesar de que él había mantenido el semblante serio —en realidad, podría haber estado hablando con el doctor Furman en vez de con ella—, Gabby retrocedió incómoda.
—No puedo. He de llevar a Molly al veterinario. He pedido hora esta mañana.
NICHOLAS SPARKS En Nombre del Amor
Escaneado por PRETENDER – Corregido por Isabel Luna Página 29